Mujica opinó también que la muerte del ex presidente Néstor Kirchner «fue una conmoción muy grande porque se trató de un dirigente que tuvo el valor de hacer creer a una nueva generación en la política, en el valor de la política».
Para el presidente uruguayo, eso no es muy frecuente «en un mundo que no se caracteriza por eso».
El dirigente uruguayo destacó que se ve que hay «una juventud comprometida y eso se notaba frente al féretro», donde los jóvenes desfilaban con los rostros compungidos y un grito de dolor o de valor, o de las dos cosas.
Mujica aseguró que quiere mucho a la Argentina. «Nosotros nos perdemos en las calles de Buenos Aires y no nos sentimos en otro país; eso no nos pasa en ningún otro lugar del mundo», explicó.
«Además, tengo memoria histórica: cada vez que anduvimos peleados con la Argentina, para lo único que nos sirvió fue para estar bien jodidos, y también a la Argentina, en parte», añadió.
Y explicó luego que «los cambios en la sociedad son muy lentos porque los cambios culturales son lentos».
Con respecto a cómo le va en la Presidencia, dijo: «A mí me va muy bien. La gente me quiere mucho. Pero al gobierno no le va tan bien como a mí porque tiene muchos reclamos que son gruesos para un gobierno de izquierda».
Señaló que por ese motivo aparecen sindicatos como yuyos, pero aclaró que está bien esa actitud de reclamo de la gente. Lo importante, precisó, es que uno no se tiene que marear.
También destacó que la revolución conservadora del neoliberalismo dejó algunas cosas, entre ellas que «no se puede hacer cualquier cosa con el presupuesto fiscal y subrayó que eso está definitivamente incorporado a los gobiernos de todos los signos políticos.