Los analistas políticos expresaron su sorpresa por el modo en que Estados Unidos, al igual que sus principales aliados europeos, parecieron dispuestos a abandonar a un aliado estratégico de tres décadas simplemente para conformar a la actual ideología de la corrección política.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo a los ministros del Estado judío que no hagan comentarios sobre la tensión política en El Cairo para evitar agravar una situación que ya de por sí es explosiva. Pero el presidente israelí, Shimon Peres, no es un ministro.
«Siempre tuvimos y seguimos teniendo un gran respeto por el presidente Mubarak», señaló el lunes. Luego comenzó a hablar en pasado. «No digo que todo lo que hizo estuvo bien, pero hizo algo por lo cual todos estamos agradecidos: mantuvo la paz en Oriente Medio», agregó.
En un comentario en el diario Maariv titulado «Una bala en la espalda del Tío Sam», Aviad Pohoryles acusó a Obama y a su secretaria de Estado, Hillary Clinton, de defender una diplomacia ingenua, engreída, insular y desatenta de los riesgos.
¿Quién les está aconsejando «fomentar la furia que invade las calles de Egipto y demandar la cabeza de la persona que hasta hace cinco minutos era el valiente aliado del presidente (…) la casi única voz cuerda en Oriente Medio?», se preguntó.
«La diplomacia políticamente correcta de los presidentes estadounidenses a través de las generaciones (…) es dolorosamente ingenua», agregó.