Prensa Latina / Aporrea.org / Matrizur.org

Washington.-(PL) A tres años del inicio de la crisis global, los estadounidenses siguen hoy pesimistas sobre el estado de su economía, principalmente por las dificultades del mercado laboral.

Según un estudio del Instituto Conference Board, la confianza del consumidor en esta nación bajó en diciembre a 52,5 puntos, desde los 54,3 precedentes.

La investigación atribuyó el resultado a las preocupaciones generadas por el elevado desempleo, cercano al 10 por ciento.

Lo cierto es que la cifra decepcionó, incluso, los pronósticos de los especialistas quienes previeron 55,8 puntos, también muy por debajo de la lectura de 90 necesaria para hablar de una economía sana.

Igualmente la valoración del mercado laboral por parte de los consumidores empeoró, pues el índice de «trabajos difíciles de conseguir» subió a 46,8 por ciento, mientras que el de «trabajos abundantes» cayó a 3,9 por ciento.

Analistas opinaron que la situación es especialmente preocupante en un país donde la actividad de los compradores representa el 70 por ciento de la economía nacional.

Explicaron que la tendencia se mantendrá porque los estadounidenses restringirán los gastos para ahorrar más, pagar sus deudas y mejorar el estado de sus finanzas.

Mientras se mantenga la modalidad de cautela, es difícil tener un crecimiento saludable, apuntaron.

De acuerdo con la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos, resulta preocupante el hecho de que gran parte de la actual demanda se cubra con productos importados.

Precisó que mientras no se recuperen los pedidos de servicios y productos nacionales, es poco probable una reducción significativa del desempleo.

Como si fuera poco, algunos expertos estiman que las preocupaciones existentes también se manifestaron en el cambio de voto a favor del Partido Republicano en las elecciones legislativas de noviembre.

Los resultados denotaron una clara falta de confianza en las políticas aplicadas hasta ahora para hacer frente de manera convincente a los problemas económicos del país, afirmaron.

El propio presidente Barack Obama, reconoció que no se crean los puestos de trabajo necesarios para enfrentar la elevada desocupación, para lo cual consideró indispensable impulsar el crecimiento empresarial.

Reiteró la urgencia de acelerar el avance, mediante los recortes de impuestos a la clase media y la extensión de los subsidios a los cesantes.

Con dos años en el poder, el alto desempleo sigue siendo uno de los principales retos para la administración Obama y una de las principales causas de la reticencia de los consumidores.