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El desempleo volvió a dispararse en España en el último trimestre de 2010 hasta alcanzar una tasa del 20,3%, la peor cifra en 13 años, en el mismo día que los españoles comenzaron a digerir que tendrán que trabajar hasta los 67 años para poder jubilarse

28 ene. 2011 – El mercado laboral volvió a dar el viernes una mala noticia al país ibérico. El desempleo subió en 121.900 personas entre septiembre y diciembre del año pasado, hasta alcanzar los 4,6 millones de desocupados.

La tasa pasó del 19,79% al 20,33% actual, con aumentos del desempleo muy significativos en sectores como agricultura e industria.

Un trimestre más, los datos volvieron a ser especialmente negativos para la población inmigrante, cuya tasa de desempleo subió un punto hasta el 30,4%, con casi 1,1 millones de extranjeros sin trabajo.

A pesar de que, desde un punto de vista técnico, la economía española ha abandonado casi dos años de recesión tras crecer levemente durante un semestre de 2010, el desempleo sigue en caída libre. Unas 370.100 personas perdieron su empleo a lo largo de 2010, según el Instituto Nacional de Estadística.

El desempleo ha crecido en casi 3 millones de personas desde que hace tres años España se vio sacudida por la crisis económica internacional y el colapso de su sector inmobiliario.

El gobierno, sin embargo, consideró que el cierre de 2010 indica que el desempleo ha tocado techo y espera una recuperación del mercado laboral en la segunda mitad de 2011, coincidiendo con el despegue de su economía.

«Son cifras, sin duda, negativas», dijo el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, al término de la reunión semanal del gabinete. «Estamos, creo, en el punto final de esta situación de crisis. Y en el segundo semestre, el desempleo comenzará a recuperarse levemente y después de forma más intensa».

Gómez, junto al vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, también se encargó el viernes de detallar el proyecto de reforma de pensiones, que prevé el retraso de la edad de jubilación desde los 65 hasta los 67 años.

En esencia, la reforma supondrá que los españoles tendrán que trabajar más años y recibirán menos dinero en su nómina como pensionistas. Es la única forma de conjugar un sistema público y universal de pensiones con las mayores expectativas de vida y la crisis de deuda que afronta el país ibérico, aseguró el ministro de Trabajo.

«Se trata de fortalecer nuestro sistema público de pensiones», explicó Rubalcaba. «Quiere decir que las personas que tienen 35, 40, 45 años saben que llegarán a la jubilación y tendrán pensión hasta el último día de su vida».

El proyecto, que deberá ser ratificado por las cámaras legislativas, contó con el acuerdo de los sindicatos mayoritarios de izquierdas y la patronal de empresarios tras casi tres meses de arduas negociaciones. Fue un pequeño respiro para el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que con este acuerdo espanta de momento el fantasma de una nueva huelga general.

«Entiendo que todos vamos a tener que trabajar más», comentó Julián Segura, un informático de 52 años, sobre la nueva legislación impulsada por el gobierno socialista.

«Lo peor de todo esto es que hay mucha gente joven que no encuentra trabajo. Una proporción alta está sin empleo. ¿Dónde vamos si tenemos una generación a la deriva?», añadió Ramón Castro, un vendedor de coches de 44 años.

Según el plan, la edad de 65 años para el retiro comenzará a retrasarse progresivamente a partir de 2013, completándose la jubilación a los 67 años en 2027.

Las líneas maestras de la reforma incluyen también ampliar el computo de años cotizados para definir la cuantía de la paga de jubilación, lo que supone menos dinero para los pensionistas y un considerable ahorro para las cuentas públicas.

En concreto, el cálculo de las pensiones contabilizará los últimos 25 años trabajados y no los últimos 15, como sucede actualmente.

Además, el gobierno acepta que las personas que hayan trabajado 38,5 años puedan retirarse a los 65 años con la pensión de jubilación completa.

No obstante, Gómez admitió que, con un desempleo juvenil cercano al 40%, muchos jóvenes españoles tendrán dificultades para encontrar trabajo y cumplir esos criterios.

Los empleados que no cumplan los requisitos se jubilarán a los 67 años y deberán sumar 37 años de trabajo si quieren acceder a la paga completa de jubilación.