Estos «hechos muy graves» implican la transmisión de información sobre «activos estratégicos», indica la compañía en un comunicado. La prensa francesa sostiene citando fuentes que los secretos estarían relacionados con tecnología eléctrica, reto estratégico del sector automovilístico y objeto de espionaje industrial.
«Para Renault son hechos muy graves relacionadas con personas en una posición estratégica en la compañía», ha señalado este jueves el director jurídico y de deontología del grupo, Christian Husson.
«Está justificada una decisión de conservación (…) con el objeto de proteger sin demora los activos estratégicos, intelectuales y tecnológicos de nuestra empresa», ha dicho.
Por el momento no se han hecho públicas las identidades de los implicados, pero sí se sabe que uno de los implicados formaba parte del comité de gestión de la compañía.
Este comité de gestión lo componen 27 ejecutivos y está encabezado por Carlos Ghosn, consejero delegado de la multinacional, según apunta el diario ‘The Wall Street Journal’, que señala que la suspensión representa un «paso preliminar» para la adopción de medidas disciplinarias, entre las que no se descarta el despido.
«Lo que se descubrió era suficientemente grave como para imponer la suspensión», indicó al diario ‘Financial Times’ una fuente cercana a la compañía, que apuntó que «la investigación aún está en curso y hasta que no se complete no se podrá informar sobre dónde se produjeron las malas prácticas».
EL GOBIERNO RECONOCE QUE ES UN «CASO GRAVE»
Mientras, el ministro francés de Industria, Energía y Economía Digital, Eric Besson, ha reconocido que el constructor automovilístico Renault se ha visto afectado por un «caso grave» de espionaje industrial.
«Lo único que puedo comentar es que el asunto parece grave e ilustra los nuevos riesgos para nuestras empresas», reconoció Besson en declaraciones a la cadena de radio francesa RTL, recogidas por Europa Press, en las que adelantó que ha solicitado ya un refuerzo de las exigencias a las empresas que reciben fondos públicos en materia de protección de secretos industriales.
Así, el ministro galo no dudo en emplear la expresión «guerra económica» al referirse al caso, que por el momento se ha saldado con la suspensión de tres altos ejecutivos de Renault por la presunta filtración de datos del programa del coche eléctrico de la compañía francesa.
A este respecto, Besson apuntó sin entrar en más detalles que ya se han adoptado «medidas de precaución» respecto a los implicados y subrayó que la cuestión del espionaje representa «un riesgo para la industria francesa en general».