Andrea Coa
VÁLVULAS DE SEGURIDAD
Una excelente medida para evitar la explosión de las calderas es la válvula de seguridad que, cuando la temperatura y la presión alcanzan límites críticos, se dispara y sale el vapor o el gas, ocasionando siempre daños menores, que pueden ser reconducidos por quien está al mando. Es una explosión controlada.
Lo mismo se aplica en las últimas décadas en la sociedad terrestre. El imperio global, que tiene los recursos para conocer el estado anímico de las masas en todo el mundo, procura impedir que las revueltas sociales terminen en revoluciones y para eso siempre tiene sus planes listos para ser ejecutados de manera rápida. Cuando se trata del Medio Oriente, extremadamente sensible por razones de petróleo y de geopolítica, sería extraño que el imperio no estuviera ya corriendo el programa de emergencia, por el hecho de que sus manipulaciones sobre el descontento del pueblo en Túnez se le haya salido de las manos, ya que cuando un pueblo tan aguerrido como el árabe (sea cual fuere la bandera que le pusieron) encuentra una sola grieta en la represa, ésta puede venirse abajo y, como dijo el Sr. Mao Zedong, “una sola chispa puede incendiar la pradera”.
AL ESTILO BONZO
No puedo creer que las personas que se auto incineraron en momentos de desesperación hayan sido pagadas por la CI A, aunque la angustia colectiva sí puede haber sido manipulada por la maquinaria de la “inteligencia” imperial; y siempre el eslabón más débil revienta primero: La gente que ya no aguanta más. No hay que olvidar que las auto inmolaciones de los monjes budistas fueron una acción propagandística global contra la ocupación y el genocidio que los yanquis realizaban contra el heróico pueblo de Viet Nam a mediados del siglo XX.
Aunque los bonzos no ganaron esa guerra solos, su sacrificio se unió a los corazones del mundo entero para condenar la agresión yanqui, y eso fue un gran apoyo moral para un pueblo organizado y dispuesto a todo, dirigido en lo político por el camarada Ho Chi Minh y en lo militar por el invencible General Vo Nguyen Giap.
¿Quién fue el primero de la idea? ¿Quién lanzó la primera chispa? No lo sabemos. Pero el auto sacrificio al estilo bonzo es una ofrenda que dieron ciertos individuos para otorgar su vida, y sólo la suya, en aras de que exista un cambio que transforme un status quo que ya es insostenible. Y esos autosacrificios, multiplicándose en el atormentado mundo árabe, fueron la chispa que incendió la pradera.
LAS MANGUERAS YANQUIS
Tal vez los yanquis estuvieron detrás de lo de Túnez, porque querían cambiar a ese viejo gobernante que quizás, ya no les servía, igual que el decrépito dictador egipcio. Y de inmediato llegaron sus camiones de bomberos para cosechar: cambiar un régimen por otro -disfrazado de revolución- fatigar al pueblo, asesinar a algunos líderes importantes que en el futuro pudieran dirigir al pueblo (guerra preventiva) y seguir quedándose con el petróleo, con las bases establecidas, con lacayos que venden hasta a su propia madre, y habrían vendido armas y municiones. La presencia en Egipto de un publicitado “premio Nobel” (Estará el viejo Alfred llorando en su tumba), como una figura mediadora, con ganas de ponerlo en el coroto cuando caiga Mubarak, y de una campaña mediática mundial basada en un apagón comunicacional para el pueblo egipcio, invitan a predecir que, por los momentos, el imperio podría apagar el incendio si logra que los Hermanos negocien (depende de ellos, y como los musulmanes suelen ser anti imperialistas, bueno…) y, mientras el pueblo llora sus muertos y suspira de alivio porque tumbaron al tirano, montaría otra tramoya para seguir con el control de Egipto, pieza clave para su poder político y militar, justo al lado de “Israel”, que ha logrado ya casi exterminar a los palestinos, después de (según los cables publicados por Al Jazeera) una espectacular arrodillada de los “dirigentes” de los palestinos, que los vendieron a todos. Si logran quedarse también con Túnez y sofocar cualquier otro incendio que pudiera surgir, de todas maneras les duraría poco. Muy poco.
LA IMPREDECIBLE REVOLUCIÓN
Pero los procesos revolucionarios tienen momentos estelares, producen situaciones que no se pueden predecir, ni aún con el ejército de expertos que debe tener el imperio a su servicio, y por eso, jugar con los alzamientos populares en momentos de revolución, cuando las condiciones están dadas para la caída del neoliberalismo mundial, es un riesgo que sólo corre el imperio cuando ya no le queda otra alternativa.
Si vemos la situación a la luz de procesos análogos que han ocurrido en la última década, podremos encontrar un patrón, y a partir de él, pudiera presentarse el siguiente escenario:
- El imperio logra controlar la revuelta, pone un gobierno títere y estabiliza temporalmente la situación del Medio Oriente.
- Pero el pueblo ya tendrá la experiencia de lo que es tumbar un gobierno, y no se quedará tranquilo. La capa se le incendiará una y otra vez al imperio y, en menos de una década, el panorama político en el Medio Oriente habrá cambiado radicalmente. En Egipto, con la presencia de los Hermanos Musulmanes, si sus dirigentes son consecuentes con sus principios, la situación podría ser dura para yanquis y sionistas.
- Otros países africanos tomarán el ejemplo. Nada tan incendiable como esas praderas africanas, después de más de quinientos años de saqueo, esclavitud y miseria.
- La situación en Europa también se hace explosiva, y algo pudiera cambiar en algunas de esas naciones que tienen todo previsto, que fumigan la disidencia y la adaptan a sus conveniencias. Que pudo asimilar hasta a los socialistas y “comunistas”, reduciéndolos a simples declaraciones.
- La nave imperial comienza a hacer aguas en los propios Estados Unidos, porque ya no pueden sostener el “american way of life” y han lanzado a la calle y a la pobreza a demasiada gente, que estaba acostumbrada a vivir el mítico sueño americano. Y eso no sólo duele, sino que le duele a un pueblo que está armado hasta los dientes. Sin incluir, por ahora, la extraordinaria fuerza en que pueden convertirse los inmigrantes acorralados, si se organizan.
EL HARPA DEL DIABLO
Es vox pópuli que, por razones bélicas, el imperio ha estado manipulando algunas fuerzas de la naturaleza, para atribular aún más a aquellos países que no hacen lo que ellos quieren. Tal vez puedan manipular el curso de un huracán, pero no pueden crearlo condenar a la sequía o a la inundación a países enteros, pero como en el caso de Venezuela, es reversible. Con una pequeña explosión en una falla geológica, pudieran producir un terremoto de consecuencias incalculables, incluso para ellos.
Pero el planeta es un cuerpo vivo e inteligente que pudiera estar harto de que la humanidad se deje dirigir por lo peorcito que ha producido, e intervendrá para restablecer el equilibrio.
Porque quien siembra vientos, cosecha tempestades.
NOTA: Ante el presunto sabotaje de nuestra industria militar, debemos estar mosca, porque el pueblo es quien, en último caso, confronta a todos los que quieren arrebatarnos lo que hemos logrado. Venezuela no debe entrar en las llamas.
andrea.coa@gmail.com