Patria Grande / Agencias

Un discurso complaciente para el promedio de los oyentes norteamericanos fue el que dio el Presidente anoche. Con miras a la reelección, Obama refrescó el estilo y contenido de su campaña en 2008.

Reavivó su capacidad de enunciar promesas…. Se centró en publicitarse como un hombre sin compromisos partidistas, dedicado a solucionar los problemas del país, pero sobre todo, que se esfuerza por mantener la supremacía de Estados Unidos en el mundo, al tiempo que apeló a la percepción de la nación norteña como un imperio invencible.

Abordó en forma directa los temores de los estadounidenses de que su país va en declive y los instó a buscar la grandeza, justificando los tragos amargos como parte de un tránsito a un estado de bienestar futuro.

 

Parecería que el  discurso se estructuró  bajo la intención de postularse como candidato para las próximas presidenciales, sólo que ya no será el mismo candidato. Los embates de la crisis financiera, la persecución de los latinos -uno de los sectores que más le apoyó- y la mayoría republicana en el Congreso lo coloca en una situación desfavorable comparada con el 2008.

Esquivó puntos controversiales o que pudieran herir sensibilidades: poco dijo  sobre la desocupación del 9,4% que frena a la economía, por ejemplo.

Obama evadió el pasado,  y se  concentró  en  solicitar actos de fe de cara al futuro.

También apeló a un tema que le ha permitido aumentar su popularidad los últimos días: el ataque a la congresista y sus simpatizantes en Arizona.

“Entre todo el ruido y las pasiones y el rencor de nuestro debate público, Tucson nos recordó que no importa quién sea ni de dónde venga, cada uno de nosotros es parte de algo más grande, algo más importante que un partido o preferencia política”, dijo. “Somos parte de la familia estadounidense”.

Casi en cada tramo del discurso, Obama pidió a los republicanos y demócratas que trabajen juntos para enfrentar los desafíos históricos que dijo enfrenta Estados Unidos, como reformar el sistema de inmigración, lograr que 80% de la electricidad provenga de fuentes no contaminantes en 2035, simplificar el esquema impositivo o reforzar la seguridad social.

A la base de simpatizantes progresistas de Obama, nada de esto le cayó bien, pero él apuesta a que éstos terminarán por apoyarlo, ya que no enfrenta contendientes dentro del Partido Demócrata y aún mantiene cierta popularidad entre la base partidaria.