Alejandro Navarro Brain(*)
El pasado domingo 16 de enero, en la sección Opinión, de Reportajes de El Mercurio, en una columna Genaro Arriagada expresó duros y fuertes cuestionamientos hacia Venezuela, demonizando el sistema socialista que se está implementando, la democracia, la ideología y hasta la economía de ese país. Opinión sesgada y sepulturera, que busca desvirtuar el proceso democrático de un pueblo soberano, omitiendo hablar sobre los grandes logros y avances que ha tenido el gobierno de la República Bolivariana.
Arriagada resalta, según él, la precariedad de vida que hay Venezuela, lo que se contradice con cifras que destacan la propia CEPAL y las Naciones Unidas, que han aplaudido a dicho país, por ejemplo en el avance del gobierno del Presidente Hugo Chávez en su lucha contra la disminución de la pobreza, la indigencia y el desempleo.
La extrema pobreza 1998 era de un 42%; en tanto el 2010 registró un 7,1%; mientras que el desempleo se ha reducido en un 50%, de 12% a 6,1% a principios de 2009. Avances que son reconocidos, incluso por el Instituto Real Elcano de España, a pesar de ser crítico al gobierno de Chávez.
Arriagada afirma que en el tema petrolero Venezuela se ha transformado en una “potencia de segunda clase”. Otra falacia con fines de caricaturizar y enlodar la administración del gobierno bolivariano, ya que las últimas estadísticas de la OPEP hacen de Venezuela el primer país con mayores reservas de crudo en el mundo, con 297 mil millones de barriles.
El país caribeño produce al día 3 millones de barriles, cuyo precio en la actualidad bordean los 100 dólares; mientras que hace 12 años se vendía “regalado” a 7 dólares sin cobrar si quiera impuestos a las empresas transnacionales, como por ejemplo a las de Estados Unidos.
De tener baja producción y participación en el mercado o de ser una potencia petrolera de segunda clase, Chávez no podría haber aumentado la inversión social del país, la cual durante su gobierno se ha incrementado en casi 500%, en comparación con los últimos 10 años de las administraciones anteriores. Lo que ha permitido dar una vida más digna a los más pobres, que antes de eso se encontraban postergados, excluidos y discriminados.
Según cifras oficiales, entre 1988 y 1998 la inversión social fue de 69.732 millones de dólares, un 36,6% de los ingresos fiscales del país, que se ubicaron en 190.504 millones de dólares; mientras que durante la administración de Chávez, entre 1999 y 2009 tuvo una inversión social 330.582 millones de dólares, un 60,6% de los ingresos fiscales que alcanzaron los 545.741 millones de dólares.
Sobre los problemas que ha tenido que llevar Venezuela está la economía. El propio informe del Presidente, realizado a comienzo de año ante el recién asumido Parlamento, reconoció que, tras 10 semestres de sucesivas alzas, en 2009 y 2010 las dificultades fueron producto del impacto de la caída del precio del petróleo, de la reducción de la producción del crudo en función de los acuerdos de la OPEP, así como la crisis eléctrica y la problemática de la estafa bancaria a finales de 2009. Ello provocó la intervención del Estado-Igual crisis que sufrió Obama en EEUU, así cómo también países europeos-Aún así, el gobierno estima salir de la crisis el 2011 y comenzar a avanzar en cifras positivas como lo venía haciendo antes del periodo de recesión.
Es necesario resaltar que a pesar de la crisis, Venezuela se posiciona entre los países de América del Sur y del Norte, con el porcentaje más bajo de deuda externa con respecto al Producto Interno Bruto, ubicándose en el tercer lugar, luego de Guyana y Brasil. En contraposición está de EEUU, que lidera el ranking con mayor endeudamiento.
Y el PIB, que en 1998 alcanzaba los 88 mil 597 millones de dólares, en 2010 lo triplicó llegando a los 257 mil 199 millones de dólares.
El ámbito educacional es otro punto fuerte del gobierno bolivariano, en donde la inversión estatal en 2008 marcó la cifra histórica del 7% del PIB, una de las más altas de Latinoamérica. Lo que se demuestra por ejemplo, en la alta matrícula universitaria, que aumentó en 189,28% en 10 años, permitiendo el ingreso de estudiantes de más bajos recursos a obtener un título profesional, fortaleciendo las universidades estatales, las que son gratuitas para el estudiantado. Esto los posiciona en segundo lugar en Latinoamérica, tras Cuba; y en 5to a nivel mundial, superando a EEUU.
En Chile, se acaba de aprobar una reforma a la educación, la que se acordó en cuatro paredes, mediante un acuerdo entre la concertación y el gobierno, en donde no tuvimos participación ni el PC ni el MAS, ni mucho menos la ciudadanía y los actores protagonistas, como los profesores, los alumnos, los directores, los municipios, etc.
En tanto, en la “dictadura” venezonala-como la llama Arriagada- a fines de 2010 la Asamblea Nacional, el Parlamento, aprobó una Ley de Educación Universitaria, la que fue fuertemente criticada por la población. Producto de lo cual el Presidente, escuchó a la ciudadanía y reconsideró la medida, decidiendo no promulgar la moción y llevarla a las bases, a las universidades, a los movimientos sociales, para ser discutida y analizada, y de ahí llevada al Congreso.
Respecto al estado de “antidemocracia” expresada por Arriagada en su artículo, es necesario reafirmar que el sistema político imperante en Venezuela es absolutamente democrático por donde se le mire. Y bien Genaro podría visitar la Asamblea Nacional y darse cuenta que hay un parlamento compuesto por 97 diputados del PSUV, más 1 del PCV-oficialistas-; y 67 legisladores de la oposición, que se presenta como bloque agrupado en 11 partidos.
El poder popular que hoy existe en Venezuela está garantizado por la nueva Constitución, que fue votada por todos los ciudadanos, y que se instauró ‘con el fin de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural’. En ese contexto la participación ciudadana en todo ámbito de relevancia nacional tiene un carácter vinculante. Así lo demuestran los plebiscitos, el cabildo abierto y las asambleas, cuyas decisiones inciden en las políticas venezolanas.
En tanto, el sistema electoral de Venezuela es mucho, mucho más democrático que el chileno. Y es cosa de hacer la respectiva comparación: El Ssistema Electoral es un poder autónomo, como el Legislativo, Ejecutivo y Judicial; en Chile, depende del gobierno. Ellos realizan primarias partidarias para elegir a sus candidatos, lo que impide que exista el concepto chileno “el que tiene mantiene”. Allá se eligen mediante votación popular a los gobernadores- que acá vendrían siendo los intendentes-; existe un porcentaje de electos que deben pertenecer al mundo indígena, (en Chile eso es impensable); tienen una constitución redactada y votada por los ciudadanos; mientras que nosotros aún nos regimos por la Constitución de la dictadura de Pinochet; allá existe el referéndum revocatorio, que consiste en que la ciudadanía puede abolir el mandato de las autoridades electas por elección popular, en el caso de que éstas estén haciendo hagan mal su trabajo; junto ello, Venezuela es el único país de los 22 que integran el Parlatino, que elige a sus representantes mediante votación popular, en Chile los eligen a dedo, es por cuoteo y participan sólo algunos legisladores en la decisión.
Cabe resaltar que respecto a nuestro sistema electoral el Comité de DDHH de la ONU, ha expresado su preocupación, ya que señalan que en Chile, con el binominal se puede impedir que todos los individuos tengan una representación parlamentaria efectiva. ¡Pero no por eso se puede decir que en nuestro país impere una dictadura!
También hay que aclararle a Arriagada, que en Venezuela hay libertad de prensa, tanto para reportear, así como también para expresarse libremente a través de medios de comunicación. De otra manera no se entendería cómo Walker y Allamand cada vez que expresan una crítica contra Chávez son portada de los medios de oposición al gobierno bolivariano; son parte de la parrilla de programas de los canales de oposición y son protagonistas de la noticia cuando están en Caracas.
De hecho, invito a Genaro que cuando vaya a Venezuela, compre los diarios y analice de qué color son las editoriales de cada prensa. Hay muchos titulares o noticias en contra del Gobierno y en contra al Presidente Chávez, me atrevería a decir que su mayoría. Y estoy seguro de que los canales de oposición estarían gustosos de tenerlo como panelista.
En Venezuela, la libertad de expresión y la de información está garantizada por la Constitución de 1999, lo que se ve claramente graficado en que en ese país ningún periodista ha sido encarcelado o castigado por ejercer su profesión y su trabajo.
Me pregunto cuántos ha detenido y exiliado Chile. Ejemplo de ello es Elena Varela, que por hacer un documental sobre la problemática mapuche pasó 2 años y medio en la cárcel; o Alejandra Matus, autora del Libro Negro de la Justicia Chilena. Pero no por eso nos van a venir a insultar de otro país, diciendo que somos una dictadura o que aquí no hay libertad de prensa, como sí lo hace Arriagada.
Sobre que Venezuela ha sido denunciada ante organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cabe destacar que Chile ha sido sancionado por los mismos, pero eso no hace concluir que en nuestro país se violen los Derechos Humanos.
La Comisión de DDHH de la ONU, que ha visitado las comunidades mapuche en la región de la Araucanía, ha manifestado su preocupación por la situación en que viven, sobre todo por las actividades que se realizan en sus territorios, perjudiciales para el medioambiente, la salud y sus formas tradicionales de vida.
Del mismo modo, Chile ha sido condenado por órganos internacionales, como por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU, que ha observado con preocupación los “abusos y violencia ejercida por parte de los carabineros contra miembros del pueblo Mapuche. Haciendo énfasis en la muerte del joven Mapuche José Mendoza Collío por disparos de carabineros.
Respecto a las críticas sobre Venezuela, hay mucha mentira reiterada que puede transformarse en verdad sino se le denuncia y se aclara.
Lamentablemente, los detractores del presidente Chávez y del gobierno Bolivariano hacen suya la frase “miente, miente que siempre algo queda”.
(*) Senador de la República de Chile. Presidente del Partido Movimiento Amplio Social Presidente Grupo de Amistad Interparlamentario Chile-Venezuela