«Hemos decidido, en esa conducta de mandar obedeciendo al pueblo, abrogar el decreto supremo 748 y los demás decretos que acompañan a esta medida», afirmó el gobernante en un mensaje que dirigió al país desde el Palacio Quemado.
Flanqueado por el vicepresidente Alvaro García Linera y el canciller David Choquehuanca, Morales hizo hincapié en que también fue anulado el decreto ulterior por el que dispuso el aumento de 20% al salario mínimo y, con el mismo porcentaje, a los sueldos de uniformados, profesores y salubristas, expedido el miércoles último.
«Quiero decir al pueblo boliviano que esto quiere decir que todas las medidas quedan sin efecto», recalcó al tiempo de instar a que los precios de bienes de consumo masivo, del transporte en todas sus categorías deben volver a la situación vigente al domingo 26 de diciembre.
Morales dijo haber sostenido en los últimos días en que se alzó una serie de protestas contra su decisión de nivelar los precios de las gasolinas bolivianas de importación a los vigentes en el mercado regional, lo que suponía la suspensión de la subvención estatal, de 380 millones de dólares, a los carburantes, «profundas» reuniones con sindicatos campesinos y organizaciones sociales, que estimaron de «inoportuna», pero necesaria finalmente la medida en bien de la economía boliviana.
«Decir gracias a los movimientos sociales que nos hemos reunido, gracias hermanos y hermanos del campo. Pese a la defensa firme de esta medida que beneficia al pueblo boliviano, pues esas recomendaciones de que «en el momento no es oportuno y que, evidentemente, es un duro golpe para la economía nacional», sin embargo somos responsables con el pueblo boliviano» al asumir su anulación, afirmó en un discurso de 10 minutos de duración, a poco más de una hora del advenimiento de 2011.
El mandatario enfatizó que luego de encontrarse con líderes de sindicatos y organizaciones sociales durante la mayor parte de la jornada «he entendido y escuchado estos días perfectamente la recomendación de los diferentes sectores».
Sin embargo, el jefe de Estado recalcó que Bolivia ha desembolsado entre 2005 y 2010, al menos 1.750 millones de dólares para importar gasolina.
El decreto para la importación de gasolinas fue promulgado en 1988 y una década después el gobierno del ex presidente conservador Hugo Banzer, resolvió subvencionar los carburantes.