Gasto Rodriguez
Tiempo Argentino
El dinero estaba destinado a los viáticos y gastos operativos del avión presidencial, que anoche partió hacia Medio Oriente. Rodolfo Stefanon retiró el efectivo de la Casa Militar y se la llevó a su vivienda. Al juez no le cierra su versión.

Nadie vio nada. No lo hizo ninguno de los propietarios o empleados de la decena de comercios que pueblan la cuadra, tampoco un vecino chismoso o el vigilante privado que cuida la manzana atestada de turistas. Y lo más raro del asunto es que el hombre que trabaja a tiempo completo en las veredas, estacionando y cuidando autos, ni siquiera escuchó un grito o una acelerada fuerte. Sobre la calle Malabia, en su cruce con Honduras, sólo se supo del robo de 68 mil dólares y 17 mil euros a un empleado de la Casa Rosada un día después, gracias a la presencia de las cámaras de tevé en el lugar.
Rodolfo Stefanon, de 44 años y empleado administrativo de la Agrupación Aérea de la Casa Militar, que depende de la Secretaría General de la Presidencia, denunció que el miércoles a la tarde, cuando llegaba a su casa en Malabia al 1600, en pleno corazón de Palermo Soho, fue asaltado por delincuentes que viajaban en una moto y que se llevaron su mochila con dinero destinado al pago de viáticos y gastos operativos de la tripulación del Tango 01, que anoche partió hacia Medio Oriente con Cristina Fernández y su comitiva.

 

Según la denuncia que radicó Stefanon en la Comisaría 25, todavía no era el mediodía del miércoles, cuando se dirigió a la Tesorería de la Secretaría General y retiró el dinero. Según el relato del hombre, que quedó en la mira de los investigadores, guardó el dinero en su mochila, se subió a un auto oficial en el que se hallaba un chofer y un suboficial de la Fuerza Aérea y pidió que lo llevaran a su casa.
Siempre según su relato, el vehículo tomó por la Avenida Alem hasta Del Libertador, luego continuó por Pueyrredón, Peña, Coronel Díaz y dobló finalmente en Honduras. En el cruce con Malabia, Stefanon se bajó del auto porque, según explicó más tarde, vive a media cuadra de esa esquina. Caminó unos pocos metros y sintió un tirón en su mochila. Luego, un fuerte golpe en la nuca y recién cuando pudo darse vuelta vio a dos jóvenes que lo apuntaban con una pistola.
Según la denuncia, los ladrones, que actuaron a cara descubierta, le sacaron la mochila donde además del dinero oficial, cargaba sus documentos y un paraguas. Lo último que contó es que vio como se marchaban en la moto de contramano por Malabia, en sentido a la Avenida Santa Fe.
Fuentes de la investigación le confiaron a Tiempo Argentino que el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, a cargo del caso, duda de la versión dada por la víctima.
“El juez pidió el protocolo de seguridad de la Secretaría de Presidencia para conocer si es normal que un empleado se lleve ese dinero a su casa antes de un viaje oficial”, reveló la fuente.
Además, Canicoba ya solicitó las imágenes de todas las cámaras de seguridad que hay en la cuadra, y en las próximas horas le tomaría declaración a una mujer que podría ser testigo del hecho.
En el caso de que el robo se confirme, la hipótesis más fuerte que manejan los investigadores es la de que hubo un entregador. En ese sentido, el juez también solicitó la lista de personas que conocen el procedimiento habitual en estos casos.
Por su parte, fuentes de la Secretaría General de la Presidencia le confirmaron a este diario que “es habitual que antes de un viaje un empleado retire dinero para los gastos de ceremoniales o del propio piloto”. “En estas giras se necesita llevar efectivo para pagar el combustible, ya que en los aeropuertos sólo aceptan cash”, explicó.
La causa quedó en manos de la justicia federal por tratarse de dinero del Estado.