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La presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, ha invitado a su investidura, el próximo sábado, aonce mujeres con las que compartió celda durante los casi tres años que estuvo presa por sus vínculos con grupos alzados en armas contra la dictadura.

“En la prisión, Dilma ya tenía una presencia fuerte, ya era líder y era muy solidaria”, declaró en una entrevista que publica hoy el diario O Globo la periodista Rose Nogueira, una de las once mujeres que entre 1970 y 1972 permaneció presa junto a Rousseff.

Las once ex compañeras de celda figuran en un grupo de personas cercanas a Rousseff que han sido invitadas especialmente por ella para la ceremonia en la que recibirá la banda presidencial de manos del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.

La socióloga Lenira Machado, otra de la mujeres que estuvieron en el centro de detención femenino conocido en la época como “Torre de las Doncellas”, dijo a O Globo que, al margen de la participación que cada una tenía en la guerrilla, tanto ella como Rousseff coincidían en que la dictadura debía ser combatida con las armas.

“Defendíamos la lucha armada, basada en la formación de cuadros y no como una simple aventura”, declaró.

Rousseff estuvo presa y fue torturada por sus vínculos con los pequeños grupos guerrilleros Colina y VAR-Palmares, pero ha afirmado que nunca llegó a empuñar un arma ni participó en ninguna de las acciones de esas células.

Según dicen documentos revelados el mes pasado por el Ministerio de Defensa, los grupos de inteligencia del Ejército jamás llegaron a comprobar la participación de Rousseff en acciones armadas, pero sí que había “asesorado” a la guerrilla en la preparación de asaltos a bancos y la organización de huelgas.

La ahora presidenta electa fue detenida en 1970, cuando tenía 23 años, y según esos documentos, era calificada por la dictadura como “la Juana de Arco de la subversión”.

En los documentos constan algunos pasajes de su declaración ante la justicia militar después de su captura, en los que se manifestó “marxista-leninista” y admitió que el grupo Colina participó en tres asaltos a bancos y fue responsable de dos atentados con bombas, en los que no hubo víctimas.

“Es una figura femenina de expresión tristemente notable”, pero con una “dotación intelectual apreciable”, dicen los archivos.