«El muchacho fue preso y no estoy viendo ninguna protesta contra la violación de la libertad de expresión. Es gracioso, no hay nada, nada contra la libertad de expresión de un muchacho que estaba colocando en internet un trabajo menor que algunos embajadores (de Estados Unidos) hicieron», precisó Lula, desde el Palacio de Planalto, ubicado en Brasilia, en donde realiza un balance de los cuatro años del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC).
Lula pidió a uno de sus funcionarios: «puedes colocar en el Blog de Planalto la primera protesta contra la violación de expresión en Internet, para que la gente pueda protestar, porque el muchacho esta colocando sólo aquello que él leyó».
Tras indicar que desconoce si sus embajadores pasan esos telegramas (como los divulgados por Wikileaks de diplomáticos estadounidenses), Lula puntualizó que la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, tiene que saber y hablar para su ministro: «Si no tiene nada para escribir, no escriba bobería, pase en blanco el mensaje», aseveró.
El pasado martes Assange fue detenido por la policía británica cuando acudió de forma voluntaria a una «cita» en una comisaría de Londres.
El arresto se produjo después de que el Reino Unido recibiera una orden europea de detención emitida por la Fiscalía de Suecia, que quiere interrogar a Assange, de 39 años, en relación con la supuesta comisión de delitos de agresión sexual a partir de una acusación de procedencia moral dudosa realizada por una cubano-americana que tiene antecedentes de vínculos con agencias de inteligencia de EEUU, según expuso recientemente el analista Jean-Guy Allard.
Assange se encuentra bajo custodia de la policía británica sin que la fiscalía sueca haya presentado una acusación criminal que acredite su entrega.
No tiene acceso a Internet, su comunicación con el mundo exterior es limitada y apenas hoy jueves se le permitió una conversación telefónica de tres minutos con sus abogados, señala el periódico The Guardian.
El sitio de Internet Wikileaks fue fundado por Julián Assange, se dio a conocer en julio pasado cuando difundió un paquete de 77 mil documentos sobre el Ejército de EE.UU con información inédita sobre la guerra en Afganistán, lo cual enfureció al Pentágono.
Desde que Wikileaks comenzara a publicar información secreta de Washington, Assange enfrenta una serie de dificultades como una investigación judicial en su contra y denuncias por supuestas agresiones sexuales.
Ante esto, el creador del sitio web ha manifestado en reiteradas ocasiones que el Gobierno de Estados Unidos está detrás de estas imputaciones.
«»No sé qué hay detrás. Pero nos habían advertido que, por ejemplo el Pentágono, podía jugar sucio para destruirnos», afirmó Assange a finales de agosto.
Varios sitios web de instituciones financieras como Mastercard y Pay Pal que bloquearon a los donantes de Wikileaks han sido atacados por hackers que se están solidarizando con Assange.
En Australia, compatriotas de Assange se comenzaron a movilizar y salir a las calles para reclamar la libertad del difusor de informaciones sobre Afganistán y la diplomacia estadounidense, lo que se está convirtiendo en un movimiento mundial digital y solidario con Wikileaks.