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El presidente de Panamá, Ricardo Marinelli, pidió a Washington que le ayudara a espiar a sus rivales políticos, según un informe de la embajada estadounidense en el país centroamericano revelado por Wikileaks.

La actitud del mandatario conservador llegó al punto de amenazar con reducir su colaboración con Estados Unidos, en concreto con la agencia antidrogas (la DEA) a la que pedía que ampliara sus escuchas telefónicas más allá de los presuntos narcotraficantes que operan en Panamá.

“Su inclinación por la intimidación y el chantaje puede ser lo que le llevó al estrellato en los supermercados, pero es poco propio de un estadista”, concluye en su informe la entonces embajadora en alusión al éxito del presidente en los negocios.

Nada más tomar posesión de su cargo, para el que fue elegido a mediadios del 2009, Martinelli envió un mensaje a la embajadora Barbara Stephenson en la que pedía “ayuda con la intervención de teléfonos”, según consta en un cable que ha reproducido este sábado la web del diario El País.

 

“Hizo referencia a diversos grupos y personas que él cree que debe ser intervenidas, y está claro que no hizo ninguna distinción entre los objetivos legítimos de seguridad y enemigos políticos”, señala la nota diplomática. Tras la negativa de la embajadora, Martinelli se quejó y señaló que Stephenson estaba siendo “muy legal”.

Tras la publicación de esta información, Martinelli ha respondido diciendo que el cable es una “mala interpretación” de sus palabras y ha negado que pidiera que se interceptaran las conversaciones telefónicas de políticos, informa la agencia Reuters. También ha reafirmado su intención de luchar contra el narcotráfico.