Luego de confirmar que Nilda Garré asumirá el martes como ministra de Seguridad, con manejo de los organismos de seguridad, la Presidenta afirmó que «la violencia no sirve para crear más seguridad». y señaló que «esto lo hemos visto en oportunidades muy diversas pero a fuerza de ser sincero, también en los últimos días».
«Un ejemplo de mano dura, un desalojo, terminó peor de lo que empezó», recordó la mandataria, y recalcó que «frente a cuestiones sociales, que pueden estar siendo manipuladas por alguien, desde el Estado exigen un equilibrio, una paciencia y una articulación que evite más violencia».
«Esto no significa desconocer los atributos del Estado, como el monopolio de la fuerza, pero significa tomar cuenta de lo que pasó en cada oportunidad y que aún en situaciones en la que la represión podía parecer razonable, el resultado fue siempre inversamente directo a lo que se quería: paz y orden».
Ya en términos más políticos, la presidenta dijo que «siempre se nos criticó que no reprimíamos manifestaciones sociales pero creemos que ésta es la senda y los últimos hechos nos muestran que no estábamos equivocados».
Luego, como Presidenta de todos los argentinos, presentó disculpas a un país hermano que se sintió ofendido, en directa alusión a Bolivia, que a través de su embajada en Buenos Aires, reclamó una disculpa pública al jefe del Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien sugirió que los hechos de violencia en Villa Soldati eran responsabilidad de ciudadanos bolivianos.
La Presidenta, en un mensaje transmitido por cadena nacional, convocó a la reflexión e insistió: «todos somos hijos de inmigrantes», y sinceró: «aquí en Argentina, como en otras partes del mundo, los inmigrantes hacen las tareas que los trabajadores nacionales no hacen».
«Esto nos obliga a ser prudentes y reflexivos, a no estigmatizar: gente mala que delinque la hay de todos los colores y de todas las nacionalidades», señaló Cristina.