Chomsky, un profesor de linguistica en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y un prominente crítico de la política exterior de EEUU, unió esfuerzos de abogados australianos de alto perfil, autores y periodistas para firmar la carta.
Señalando que “el aumento de la retórica violenta” dirigida hacia el australiano Assange, el asediado fundador del sitio web Wikileaks, los firmantes afirmaron que habían “graves preocupaciones” por su seguridad.
“Por lo tanto exhortamos a condenar, por parte del Gobierno australiano, los llamados al daño físico a infligir al señor Assange, y declarar públicamente que ustedes asegurarán que el señor Assange reciba los derechos y protección los cuales le corresponden, independientemente de que si las amenazas ilegales en su contra vinieron de individuos o países”, indica la carta, publicada en el sitio web de ABC.
También la exhorta a “suministrar asistencia y apoyo al señor Assange; y hacer todo lo que esté en su poder para asegurar que cualquier procedimiento legal tomado en su contra cumplan completamente con los principios de la ley y equidad procesal”.
Sparrow, editor del diario Australia’s Overland, dijo que la idea comenzó con unas pocas invitaciones pero pronto se hizo viral, atrayendo una respuesta abrumadora.
“Chomsky nos contactó porque imagino que alguien se lo envió a él”, expresó Sparrow a la AFP.
“Pienso que este sentimiento y esta sospecha de que Assange no recibirá un tratamiento justo es algo… que se extiende más allá de Australia generalmente”, añadió.
También firmada por el Senador australiano Bob Brown, el denunciante del ejército Lance Collins y anfitrión de los autores de Australia incluyendo a Raimond Gaita, Christos Tsiolkas y Helen Garner, la carta indicó que el caso de Assange “marcaba un hito” para la libertad de expresión.
“Si estas incitaciones a la violencia en contra de Assange… se dejan reposar, un nuevo perturbador precedente habría sido establecido en el mundo de habla inglesa”, indicó la carta a Gillard.
‘En estos tiempos cruciales, una declaración fuerte hecha por usted y su gobierno pude hacer una importante diferencia”.
Gillard criticó la publicación de Assange de cables confidenciales diplomáticos estadounidenses filtrados como “extremadamente irresponsable”, diciendo que la información fue recabada a través de un “acto ilegal”.