Frente a más de 26 mil personas, y a 10 días de dejar la presidencia, Lula se vio emocionado, sobre todo cuando los pobladores más pobres se acercaban para agradecerle, como fue el caso Nilcéia, una residente del Morro do Adeus, quien recordó que antes de su gestión el barrio donde vive “era un basurero y se convirtió en un lujo”.
El mandatario respondió que era él quien tenía que agradecer todo el cariño, el respeto y la grandeza de los habitantes de Río de Janeiro y vaticinó su regreso al aseverar “hasta otro día. No piensen que voy a desistir. Voy a estar por ahí”.
El Jefe de Estado le pidió a los participantes del acto y a los brasileños en general no desistir nunca de sus sueños y propósitos, reseñó Prensa Latina.
El presidente brasileño dejó en claro que a partir de ahora trabajará para que Dilma Rousseff, que asume el Ejecutivo el primero de enero, haga un buen gobierno.
Durante esta jornada, Lula sostuvo una reunión con la Mesa Ejecutivo del Partido de los Trabajadores (PT), donde consideró que la reforma de la legislación sobre medios de información debe ser una de las prioridades de la próxima administración.
El proyecto de ley, que debe ser enviado al Congreso antes de fin de año, “va a garantizar la competencia y la innovación tecnológica”, sostuvo el ministro de Comunicación Social, Franklin Martins.