Agencias

Tel Aviv, diciembre 3 – Israel lucha con desigual éxito por contener con ayuda internacional el mayor incendio de su historia, en el que han muerto 41 personas y que carecía de medios para controlar en solitario, como reconoció hoy el propio primer ministro Benjamín Netanyahu.

“Nuestros medios de extinción de incendios no pueden aportar una respuesta a fuegos forestales de esta magnitud, especialmente con los vientos actuales”, dijo en una reunión de su gabinete convocada de urgencia en la sede del Ministerio de Defensa, en Tel Aviv.

Desde primera hora de la mañana han ido aterrizando en el Estado judío aviones y helicópteros apagafuegos, coches de bomberos y unos 150 bomberos extranjeros, enviados por Grecia, Chipre, Gran Bretaña y Turquía, informó el Ejército israelí.

La Autoridad Nacional Palestina (ANP, gobierno palestino) ha enviado varios camiones apagafuegos a la zona.

Se espera además la llegada de la cooperación de países como Egipto, Jordania, Francia, Croacia, Rusia, Estados Unidos, Rumanía y España.

La ayuda española, integrada por cuatro hidroaviones de la Fuerza Aérea, despegó hacia las 13:00 hora española (12:00 GMT) de la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), según anunció en Getafe la ministra de Defensa, Carme Chacón.

Los aparatos tienen por delante 19 horas de trayecto con tres escalas técnicas, por lo que en principio estarán mañana en Israel, señaló la Embajada de España en Tel Aviv en un comunicado.

Los comentaristas y enviados especiales en la zona de los medios israelíes coincidían por la mañana en que los primeros aviones contra incendios foráneos habían mejorado la batalla contra el fuego, pero la situación dista de estar bajo control por los vientos fuertes y la imposibilidad de los equipos israelíes de trabajar de noche, que han borrado el optimismo inicial.

El fuego se encuentra en los alrededores de la tercera mayor ciudad del país, Haifa, concretamente a las puertas de Tirat Carmel, una pequeña ciudad ubicada a apenas un par de kilómetros del barrio más meridional de Haifa, Dania, que han sido desalojados.

El fuego ha arrasado un kibutz, 2.000 hectáreas en el norte del país y obligado a evacuar de sus hogares a 15.000 israelíes.

Ayer se cobró 41 vidas de aprendices de guardias penitenciarios y policías que viajaban hacia una prisión para evacuar reclusos cuando su autobús quedó bloqueado por la caída de un árbol en la carretera y acabó consumido por las llamas.

La tragedia ha puesto al descubierto la falta de medios humanos y materiales del país para un reto de estas características, algo de lo que venían alertando repetidamente desde hace años comités de investigación, el controlador del Estado y el departamento contra incendios, huelga de bomberos incluida en 2009.

Sirva como ejemplo que la flota israelí de aviones apagafuegos apenas puede transportar pequeñas cantidades de agua, carecen de las luces para volar de noche y no están en alerta constante porque pertenecen a una empresa privada.

El titular de Interior, Eli Yishai, ha anunciado una investigación oficial sobre los “fallos en la preparación de Israel contra los incendios”.

La indignación era la tónica general hoy en la prensa israelí, con una pregunta en el aire: ¿Cómo va a lidiar Israel con las consecuencias de un conflicto bélico serio con Irán o Hezbolá si tiene que pedir ayuda al mundo para sofocar un incendio?.

En una columna en el diario “Haaretz”, el periodista Aluf Benn compara el desastre con cómo pilló completamente desprevenido al país el ataque sorpresa árabe en la Guerra del Yom Kipur de 1973.
Se cobró 41 vidas de aprendices de guardias penitenciarios y policías que viajaban hacia una prisión

El incendio puede, sin embargo, tener un “efecto colateral” positivo: el deshielo de las relaciones con su tradicional aliado, Turquía, gravemente dañadas desde el asalto militar del pasado mayo a la “Flotilla de la Libertad”, en el que murieron nueve personas de ciudadanía u origen turco.

Hoy, por primera vez desde que tomó posesión del Gobierno en marzo de 2009, Netanyahu telefoneó a su homólogo turco, Recep Tayip Erdogan, quien ofreció dos aviones contra incendios a iniciativa propia, sin que mediara petición israelí.

“Apreciamos mucho esta movilización y estoy seguro de que será el comienzo hacia la mejora de las relaciones entre nuestros países”, le transmitió Netanyahu, según un comunicado de su oficina.

Netanyahu y varios de sus ministros se desplazaron a la zona para observar en helicóptero los daños causados por el incendio y animar a los heridos en el hospital Rambam de Haifa.

Se desconoce de momento la causa del incendio, inicialmente atribuido a la quema de basura en un vertedero ilegal de la zona, pero que ha llevado al arresto de dos residentes de la ciudad drusa de Daliat al-Karmel por presunta acción premeditada.