
En vísperas de la segunda audiencia de extradición de Julian Assange en Londres, más de 600.000 personas firmaron ayer una petición internacional en Internet para que cese el asalto contra WikiLeaks, el sitio de difusión de información confidencial que este año reveló miles de documentos secretos estadounidenses.
Assange, un programador y hacker australiano de 39 años, fue detenido la semana pasada en Londres y enviado a prisión sin derecho a fianza a la espera de la audiencia de hoy de extradición a Suecia, donde dos mujeres lo acusaron de violación, acoso sexual y coacción ilegal tras encuentros en agosto pasado.
Un día antes de la audiencia, Avaaz.org, una organización que promueve el ciberactivismo, lanzó una petición online a Estados Unidos, otros gobiernos y empresas a que pongan fin de manera inmediata al asalto contra WikiLeaks y otras organizaciones colaboradoras.
«Les exigimos que respeten los principios democráticos y la leyes que protegen la libertad de expresión y la libertad de prensa», agregó el texto, que hace algunas horas sumaba ya más de 602.000 adhesiones.
«Si WikiLeaks o los periodistas que colaboraron con ella vulneraron alguna ley, deberían rendir cuentas ante los tribunales de justicia con las garantías procesales correspondientes. Pero, en ningún caso, deberían ser objeto de una campaña de intimidación extrajudicial», señaló la solicitud.
La detención de Assange se siguió de una ola de ataques de hackers a compañías internacionales y organismos oficiales considerados enemigos de WikiLeaks, que hizo caer las páginas de Visa y MasterCard y tuvo entre sus blancos a Amazon y al sitio de pagos online PayPal, entre otros.
El grupo de activistas informáticos responsable de los ataques, sin embargo, anunció anoche que abandonaba estas acciones en favor de una nueva estrategia de maximizar la difusión de los cables diplomáticos estadounidenses de forma que sean lo más difíciles de rastrear posible.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tildó este fin de semana de deplorable la acción de WikiLeaks, mientras sigue planeando la amenaza de una acusación formal de Assange en ese país bajo la Ley de Espionaje.
El australiano, que se encuentra detenido en una unidad especial de la prisión Wandsworth (suroeste de Londres) aislado de los demás presos, comparecerá por segunda vez ante el juez en el tribunal de primera instancia de Westminster, en el centro de Londres.
Hoy, el juez debe volver a examinar la petición de libertad bajo fianza de sus abogados, que denunciaron una maniobra política y anunciaron su intención de luchar contra la extradición por temor a que sea sólo una etapa antes de su entrega a Estados Unidos.
La coalición pacifista Stop the War convocó a una manifestación en apoyo de Assange hoy por la tarde fuera del tribunal, en la que se prevé la participación, entre otros, del cineasta británica Ken Loach.
Unas 15 personas protestaron ayer frente a la embajada sueca en el centro de Londres.
Organizada por la Campaña Justicia por Assange, los manifestantes usaban caretas de Assange y portaban pancartas que lo describían como prisionero político que está siendo silenciado.