Xurxo Martínez Crespo

De magnate a mangante hay poco trecho, si no que se lo pregunten a Carlos Andrés Pérez (CAP). Los principales periódicos del mundo de habla hispana se deshicieron en elogios al que fuera dos veces presidente de Venezuela y una de los más insignes corruptos de la historia de Venezuela. A los 88 años el “gocho p’al 88” nos dejó en Miami. ¿Por qué los sátrapas mueren siempre lejos de la tierra que tanto “querían”? Cuenta El País de Madrid, a partir de una nota cronológica del jefe de Opinión de El Nacional que Carlos Andrés fue una maravilla de persona y de presidente. Para qué comentar más. La nacionalización del petróleo, dándosela a la élite gringo-burguesa venezolana y su posterior segundo mandato dándole caña al pueblo venezolano para contentar a las “élites” económicas y organismos internacionales no entraron dentro de las necrológicas escritas en El País y en otros periódicos españoles.

Regalarle un barco a Bolivia que no tiene mar, el Sierra Nevada. Prácticar la “desaparición” (asesinato y tortura) física de los oponentes políticos durante su etapa de ministro de RR.II, sin contar con la agachada de cabeza continua ante los gringos. Por mucho que digan que era amigo de Cuba y Fidel (me gustaría saber la opinión de Fidel sobre Carlos Andrés Pérez).

CAP deja tras de si la política del compadreo, del robo sistemático, de la apariencia, de la amante en la Lagunita (helipuerto incluido para poder visitarla) y la mujer oficial en Palacio. CAP es el rey de los amigos de “caña y negocios” de los “cerebritos” venezolanos venidos del Norte con posgrados en universidades gringas a enseñarle a los “pata en el suelo” de los ranchos lo que es el FMI, el Banco Mundial, los “paquetes” económicos, las mini devaluaciones diarias del bolívar, quitar las subvenciones a los productos de primera necesidad, el intento de privatización del petróleo que nacionalizara unos años antes y el hecho consumado de la privatización de todas las empresas públicas venezolanas para desarmar al Estado venezolano (al pueblo de Venezuela) y armar a amigos, compadres de dólares y regalías.

Se nos fue un cretino que jugó a ser dios porque sudaba plata él y sus amigos. Sus compañeros de caña, 5 y 6, autores de asesinatos selectivos, risa fácil, ignorancia supina y otras cosas andan exiliados entre Miami, Costa Rica, Madrid, Dominicana y New York con amantes oficiales (que determinaban quién ascendía a general) y amantes extraoficiales que iban desde misses con medio maní en la cabeza hasta superbarbies con un maní entero.

Se nos murió el hombre que caminaba hacia ninguna parte. Se fue ido en todos los sentidos. Con las manos llenas de sangre y George Bush en su entierro y supongo que Felipe González agradeciéndole los “favores”. El pueblo venezolano ya ni lo conoce. Los españoles se dedicaron en ponerle una página entera, por su muerte, que nadie leerá porque ni les interesa ni lo conocen. Espero que no descanse en paz.

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