César Pérez Navarro
Tercerainformación
Los documentos filtrados a WikiLeaks y divulgados por primera vez por cinco grandes medios supone la imposición de un nuevo filtro. El acoso a esta web sin ánimo de lucro podría llegar al extremo de incluirla en la lista estadounidense de organizaciones terroristas internacionales
Deberíamos reflexionar a propósito de la cesión de los últimos documentos revelados por WikiLeaks a cinco periódicos que publican estos días aquello que consideran, es de nuestro interés. La web de WikiLeaks recibió ataques por parte de piratas informáticos horas antes de que comenzase el filtrado (1), de manera que el foco de atención se ha desviado a El País, The New York Times, Spiegel, The Guardian y Le Monde, quienes administran ahora mismo los contenidos. Nos encontramos con que la información de primera mano será revelada de forma progresiva sólo en inglés (2) y con que sólo podemos acceder a los fritos y refritos de estos 5 medios y re-refritos de otros muchos pertenecientes a éstos u otros grandes grupos mediáticos.
El Congreso de EEUU quiere proponer al gobierno Obama que investigue si el grupo WikiLeaks debe sumarse a la lista de organizaciones que este país considera como «terroristas» y su fundador es perseguido judicialmente con acusaciones de supuesta violación que aparecieron a la par que se hacía famoso (3). Los secretos divulgados en varios cables entre diversas embajadas atentan contra los intereses de los aludidos y es por esto, que son presentados como una amenaza “contra la seguridad de los ciudadanos”. Dicha amenaza siempre se sitúa por delante del contenido de las filtraciones, como si filtrar documentos secretos fuese peor que la información que tales papeles revelan.
Volviendo a la divulgación de los documentos antes secretos, el problema radica en que los intereses económicos de estos media mass y los de sus socios y anunciantes pueden encontrarse en no pocas ocasiones con aquello que casi nadie desearía censurar. Y no nos engañemos, porque esto ya ocurre. WikiLeaks recibe cientos de miles de documentos de los que una parte nunca se hace pública: los datos, nombres e informes que podrían “comprometer la seguridad” de los países implicados. Esto ya supone una pérdida de información que WikiLeaks ha asumido antes siquiera de publicar nada. Si además, ocurre que quienes divulgan información y opinión seleccionan lo que desean e introducen un segundo filtro ignorando una parte de los contenidos, podremos concluir que se está pervirtiendo la razón misma de ser de WikiLeaks.
En un texto de los publicados por El País -el medio influyente de España que ha accedido a dichos documentos- titulado ”Preguntas y respuestas sobre los papeles del Departamento de Estado”, ya se reconocen algunos de estos “límites”. Así, parece que este diario no quiere traducirlos con el fin de limitar el número de personas que accedan a los documentos originales, sino para que el contenido se consulte “tal y cómo ha sido recibido” (4). También se considera desde El País refiriéndose a sí mismo y a los otros 4 grandes diarios que “los medios tienen autonomía para decidir sobre la selección, valoración y publicación de las comunicaciones que afecten a sus países”, lo que garantiza nuevos filtros para la información relativa a España. No menos relevante es que se avise de que “Únicamente serán publicados aquellos papeles que considere[n] que no representan una amenaza para la seguridad de personas o de países”, respondiendo a si “se pueden consultar los 251.287 documentos en la web de EL PAÍS” cosa que, se supone, ya ha hecho WikiLeaks previamente. Y para terminar de cubrirse las espaldas, leemos en el mismo artículo que “va a informar ampliamente a lo largo de varios días de aquellos episodios que [ha] seleccionado como más relevantes y mejor documentados”. Por último, que “El País ha decidido aceptar los compromisos a los que The New York Times llegue con el Departamento de Estado para evitar la difusión de determinados documentos”.
Junto a las filtraciones reelaboradas, El País publica otros muchos textos de opinión, como el de Thomas Genton, consejero de Prensa, Cultura y Educación de la Embajada de Estados Unidos, quién ni siquiera ha reconocido la autenticidad de tales documentos (5) -“No puedo dar fe de que sea auténtico ninguno de los documentos distribuidos a través de WikiLeaks“- aunque después afirmase que “su publicación pone en peligro real a unas personas de carne y hueso, a menudo unas personas que han dedicado su vida a proteger a otros. Una acción que pretende provocar a los poderosos puede acabar poniendo en peligro a quienes no lo son”. A través de estos textos y de la forma de presentar las revelaciones, este medio puede modelar la opinión pública con el fin de quitar hierro donde haya que quitarlo para ponerlo sobre quién convenga en cada momento (6).
Si no queremos que la “Información transparente contra el secretismo de los Gobiernos” (7) se vaya nublando; que dejen de airearse los trapos sucios que implican a multinacionales o revelan secretos bancarios, que se desvíe la atención sólo hacia ciertos gobiernos o hacia asuntos menos graves de otros; o que la paja filtrada de los media mass acabe por suplantar lo que efectivamente publica WikiLeaks, tendremos que hacer algo al respecto.
Los gestores de WikiLeaks parecen haber sacrificado parte del contenido de sus fuentes a fin de lograr una mayor difusión. Debemos considerar que lo publicado no será más plural si atendemos a los vínculos económicos que unen a estas corporaciones de la información y a la uniformidad a la que nos tienen acostumbrados. Por esta razón, la información de primera mano que vaya publicando esta web debería ser traducida por los medios alternativos, tanto para ofrecer una visión menos interesada o edulcorada de los documentos como para publicar aquello que los medios corporativos pasan por alto.
(1) http://www.elpais.com/articulo/inte…
(2) “(…) A diferencia de las publicaciones anteriores de Wikileaks, en las que numerosos documentos se publicaron todos a la vez, en esta ocasión la organización publicará los documentos de una forma gradual. “Los cables de la Embajada serán publicados por etapas en los próximos meses. La materia de los cables es de tal importancia, y abarca un ámbito geográfico tan amplio, que el hacerlo de otra forma no haría justicia al contenido que revela”
“Debemos a las personas que nos confiaron la difusión de los documentos que éstos se difundan de la forma debida. Es por ello que debemos asegurarnos que haya tiempo para escribir sobre los mismos, comentar y discutir ampliamente y en público su contenido, algo que es imposible de conseguir si todos los documentos se publican a la vez. Es por ello que la publicación se realizará de forma gradual en las siguientes semanas y hasta meses (…)”
http://cablegate.wikileaks.org/arti…
(3) http://www.telesurtv.net/secciones/…
(4) http://www.elpais.com/articulo/inte…
(5) «Filtraciones dañinas». http://www.elpais.com/articulo/opin…
(6) «Detener a Irán a cualquier precio». http://www.elpais.com/articulo/inte…