Resumen Latinoamericano

Trabajadores y trabajadoras de toda Venezuela tomaron las calles de Caracas el martes 9 de noviembre, exigiendo la radicalización de la Revolución Bolivariana y comprometiéndose con hacer realidad este reclamo. Convocados por la Únión Nacional de Trabajadores (ÚNETE), los manifestantes reivindicaron la aprobación inmediata de una nueva Ley Orgánica de Trabajo (LOT), asegurar nuevos contratos colectivos con un aumento en las escalas salariales y pedir mecanismos estatales para el control de la inflación. Pero más allá de las peticiones puntuales, la mayoría de los movilizados plantearon profundidad en el proceso que vive el país: “¡Ni Burocracia, ni Capital…Socialismo y más Revolución!”, se pudo escuchar durante la marcha

Revindicando una Ley Revolucionaria del Trabajo

Tras siete años esperando una nueva ley de trabajo, los trabajadores y sus sindicatos decidieron que había llegado el momento de presionar. Vale destacar que dentro de pocas semanas -el 6 de enero, 2011- se estrena la nueva Asamblea Nacional, ésta vez con una minoría creciente de diputados opositores.

Según Marcela Másparo, coordinadora nacional del ÚNETE, el objetivo de la marcha fue “que el Parlamento apruebe la normativa, encaminada a dignificar las relaciones productivas y poner en manos de los trabajadores la dirección del proceso revolucionario del país”.

La LOT, proyecto popular que viene debatiéndose en los sindicatos, con el pueblo y dentro del Parlamento desde 2003, incluye componentes claves para el avance del socialismo.

 

Algunos de ellos son: la reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas, con tiempo designado para las reuniones relacionadas al control obrero además de tiempo para la formación política; la abolición de la categoría del “tercerizado”, obligando a los empleadores contratar a todo trabajador como fijo, asegurando los beneficios que corresponden; la ampliación del lapso de reposo pre y pos natal para las trabajadoras, con garantías al salario integral durante el embarazo y la reintegración al trabajo en las mismas condiciones que tenía antes del reposo; la incorporación de la juventud al trabajo, sin obligación de experiencia previa y con tiempo para el estudio sin menoscabo del salario; y la restauración de los derechos de los trabajadores estafados por las empresas privadas durante los años neoliberales y hasta el momento, incluyendo en esta exigencia una serie de reivindicaciones salariales pendientes.

La LOT también incluye la radical Ley Especial de los Consejos Socialistas de Trabajadores (CST), propuesta por diputados del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en el 2007. Aprobada esta norma, los trabajadores y las trabajadoras de todo el país asumirán el control social de los procesos productivos y administrativos de las empresas en articulación permanente con la comunidad y el Gobierno Nacional.

Según el PCV, los CST serán “expresión política unitaria, por encima de su condición gremial o sindical, a fin de que sus intereses se encuentren legítimamente representados y puedan actuar de manera revolucionaria en el control de los centros de trabajo, el diseño, ejecución y seguimiento de sus políticas y procesos laborales, de producción y distribución social de sus ganancias, y como expresión del poder popular que incluso trascienda el ámbito de los lugares de trabajo para que influya en la política nacional, en la planificación del estado, en los sitios de vivienda y en los territorios de los consejos comunales para imprimirles a éstos el sello de la conducción proletaria y los cambios de conciencia necesarios para la construcción del socialismo”.

Los CST tendrán autoridad vinculante en los espacios laborales (público, privado, mixto) donde los empleados han convocado y formado su asamblea constitutiva con todos sus colegas o una parte indefinida. Sólo basta convocar y hacer nacer la asamblea. Su función principal, según artículo 14 de la propuesta es que “la acción organizada y consciente de los trabajadores y trabajadoras en lucha contra la explotación del trabajo, por consolidar la independencia nacional y construir una sociedad socialista, asumiendo la defensa de los intereses supremos de la clase trabajadora y del pueblo en su conjunto, frente a los planes de dominación de los monopolios transnacionales y en general ante las pretensiones antinacionales, antipopulares y lucrativas de los dueños del capital, o quienes actúen en representación de sus intereses.”

Másparo, contextualizando la marcha y el momento histórico, advirtió que “para llegar con éxito al 2012 (elecciones presidenciales), para que el proceso revolucionario salga fortalecido y derrotemos a la estafa capitalista, tenemos que avanzar con control obrero, democracia obrera y derrotar finalmente la burocracia que está entorpeciendo el avance del proceso revolucionario”.

Nacionalización con Control Obrero

El Gobierno Bolivariano de Venezuela ha nacionalizado más de 200 empresas en el ultimo año, por ejemplo Agroisleña, distribuidora de insumos y créditos para la producción agrícola (de capital español); Owens Illinois, productora de envases de vidrio para la industria alimentaría (de capital estadounidense); y Sidetur, productora de cabilla y otros insumos siderúrgicos para la construcción de viviendas y obras de infraestructura (de capital venezolano). En los años anteriores el Ejecutivo había nacionalizado compañías petroleras, cementeras, de telecomunicaciones, bancarias, alimentarías, entre otras, respetando lo que estipula la Constitución del país.

Durante la movilización, Francisco Arteaga, Secretario General del sindicato Ultracebal, sostuvo una pancarta pidiendo la nacionalización de la firma donde labora: “Sr. Hugo Chávez, Queremos la intervención de esta empresa (Balgres) por todos los pasivos laborales que nos deben, ¡Basta ya de tanto abuso!”.

Según Arteaga, la empresa fabricadora de baldosas no para de atropellar los derechos de los trabajadores, despidiendo en 2008 a un grupo de 80obreros sin justificación alguna y atrasando siempre en los pagos y los bonos alimentarios. El dirigente sindical explicó la situación de sus 450 compañeros afiliados, exigiendo que realmente se consolide el proyecto socialista.

Al lado de Arteaga estaba Juan Paiva, Secretario General de la UNT para la región metropolitana de Caracas y el estado Miranda.

Nos habían engañados. Los técnicos, los académicos, los medios, todos nos dijeron que no podíamos dirigir la producción”, dijo Paiva y ejemplificó que ahora los supermercados y las fábricas del papel están “en manos del pueblo”.

A nosotros nos gustaría ver la nacionalización de nuestra empresa también”, expresó el manifestante Vicente Ponte Moreno, delegado de salud elegido por la mayoría de sus 390 compañeros de trabajo en la privada Empresa Cerámicas Ocumare del Tuy.

Padre de dos hijos y con 43 años de edad, Moreno vivió hace unas pocas semanas el fallecimiento de su colega Luis Pérez, muerte causada por complicaciones respiratorias asociadas a su trabajo. Según Moreno, la empresa no ha sido nada justa con la familia de Pérez, y es solamente un caso entre muchos.

El Presidente lucha por nosotros así que nosotros tenemos que luchar por él, y por su propuesta del Socialismo Bolivariano. Nosotros sabemos manejar la producción de nuestra fábrica, y sabemos que podemos manejarla”, afirmó.

Joel García, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Faja Petrolífera del Orinoco (Sutrapetrorinoco) y también Secretario Sindical del PCV para el estado Anzoátegui, explicó sus propios criterios. Representando los 2.100 trabajadores estatales del sector petrolero afiliados a su sindicato, dijo: “Aquí hemos pasado de un capital privado a un capital del estado. Entendemos nosotros que las leyes son letras muertas mientras no nos movilicemos y logremos una clara conciencia de clase trabajadora”.

Másparo esclareció por su parte la postura de ÚNETE, enfatizando que para una empresa nacionalizada, aportar a la consolidación del socialismo “tiene que expresarse no sólo en soberanía para el pueblo y la distribución equitativa de las riquezas, sino en la total erradicación de la explotación, de la tercerización y de la división social del trabajo”.

¡Ni Burocracia, ni Capital. Socialismo y más Revolución!”

Entre los muchos desafíos que enfrenta la Venezuela Bolivariana se encuentra la enorme tarea de unirse detrás de un proyecto socialista consecuente con el momento histórico transitado en el país y por la humanidad. Exigir socialismo, revolución, es asumir la tarea de construirlo.

Según István Mészáros, respetado economista marxista que ha aportado mucho al debate socialista en Venezuela, “la crisis actual es profunda… no es únicamente la mayor crisis económica de toda la historia de la humanidad, sino la mayor crisis de la historia en todos los sentidos”.

Hemos alcanzado los límites históricos de la capacidad del capital para controlar la sociedad. La única alternativa viable es la de la clase trabajadora, que es la que produce todo lo necesario para nuestra vida. ¿Por qué no debería controlar lo que produce?”, se pregunta Mészáros.

Pero para consolidar el socialismo, el mismoMészáros ha señalado la necesidad de llevar la pregunta más allá del control en sí. Hay que preguntarse, en fin, ¿para qué, y cómo controlar? Y es en la vida y obra del Comandante Ernesto “Che” Guevara, en sus teorías políticas y económicas nutridas por el ejercicio del poder revolucionario en los primero años de la Revolución Cubana, que se encuentran una respuesta.

El Che es reconocido como uno de los revolucionarios más preocupados con la naturaleza del socialismo NuestroAmericano, como se percibe en su señalamiento de que “el socialismo no es un sistema más humano que el capitalista porque una nueva clase dominante e iluminada distribuya, con sentido más justo y paternalista, las riquezas producidas, sino porque se trata de un genuino régimen de poder popular”.

Según Guevara, el poder popular, es decir, el socialismo, es un sistema en que “las masas deben tener la posibilidad de dirigir sus destinos, resolver cuánto va para la acumulación y cuánto al consumo, la técnica económica debe operar con estas cifras y la conciencia de las masas asegurar su cumplimiento”.

Para el Che, “el desarrollo de una sociedad (socialista) tiene sentido si sirve para transformar a la persona, si le multiplica la capacidad creadora, si lo lanza más allá del egoísmo. El transito hacia el reino de la libertad es un viaje del yo al nosotros”.

Poder popular, conciencia y cumplir una verdadera libertad. Con estos criterios e insumos para el debate, se observa mejor el ¿por qué? de la marcha convocada por ÚNETE, el ¿por qué? de los gritos de los y las trabajadores exigiendo más participación, más socialismo y más revolución. La posibilidad de transitar hacia tal reino de la libertad, hacia la superación del egoísmo, hacia el socialismo, se palpó el martes pasado en las calles caraqueñas.

Al final, una de las pancartas de la marcha resumía “¡El socialismo se conquista peleando!”.