Este miércoles las calles de las principales ciudades lusas amanecieron sin transporte público y el espacio comercial aéreo estuvo prácticamente cerrado, al igual que el metro y los puertos, según reseñaron los sindicatos y los medios de comunicación de Portugal.
«El Gobierno ha recortado nuestros servicios sociales, las indemnizaciones por desempleo, los salarios de los funcionarios, todo esto debe ser corregido», expresó el líder de la Confederación General de Trabajadores de Portugal, Manuel Carvalho da Silva.
El sector del transporte que se vio más afectado fue el aéreo ya que todos los aeropuertos acataron el llamado a la huelga general de los sindicatos. No hubo vuelos de llegada o salida previstos.
En declaraciones a la prensa portuguesa, el secretario de Estado de la Administración Pública, Goncalo Castilho, pidió “civismo y respeto” durante la protesta.
Hasta los momentos se reportaron enfrentamientos entre la policía y piquetes en una oficina de correos de la capital lusa y en una estación del tren, según indico Castilho.
El secretario dijo que la incidencia de la huelga no será mayor que en otras ocasiones, pese a que esta es la primera, en 22 años, donde se agrupa a los dos principales sindicatos lusos, la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) y la Unión General de Trabajadores (UGT).
Los dirigentes de ambas centrales se mostraron ya muy satisfechos por la adhesión a la protesta y su masivo seguimiento en el transporte público.
Pese a que los medios de comunicación, el comercio y las empresas de servicios públicos en Lisboa, Oporto (norte), y otras grandes ciudades del país continuaban funcionando, muchos trabajadores no pudieron ir a trabajar por no contar con otro medio que el taxi.
Las empresas de ferrocarriles, metro y autobuses de Lisboa y de Oporto se quejaron de incumplimiento de servicios mínimos y, según los manifestantes, el paro afectaba entre un 75 y 90 por ciento de los trabajadores.
Durante la madrugada, la recolección de la basura se vio también muy afectada en todo el país y los portavoces la CGTP y la UGT declararon que la participación en el paro sobrepasa sus expectativas.
El secretario general de la CGTP, Manuel Carvalho da Silva, y el de la UGT, Joao Proenca, expresaron su deseo de que la protesta de los trabajadores portugueses obligue al Gobierno a dar un giro en su política económica.
Este lunes, el primer ministro portugués había anunciado que Portugal “no necesita ninguna ayuda” internacional para superar sus dificultades financieras y que “no hay ninguna relación” entre su país e Irlanda que aceptó de la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) un apoyo para evitar la bancarrota.
“Escucho hablar mucho del FMI. El país no necesita ninguna ayuda, lo que necesita es hacer lo que tiene que hacer, aprobar el presupuesto. Lo que necesita el país es la ayuda de los portugueses”, declaró Sócrates en Lisboa.
Sócrates aplicó un severo plan anticrisis que contempla la reducción de salarios, el aumento de impuestos, la congelación de pensiones, el recorte de inversiones públicas, entre otras, para reducir el déficit fiscal del 9,3 al 4,6 por ciento en 2011.
Pese a esto, el Gobierno portugués no ha logrado reducir la presión de los mercados, cuya desconfianza y el temor a que se repita la crisis de Grecia e Irlanda ha elevado la penalización de su deuda a los niveles más altos de esta década.