Tiene 8.692 tiendas de venta minorista en 15 países y un volumen de negocio anual que supera al producto interior bruto de Sudáfrica por más de 110.000 millones de dólares. Pero los sindicatos de Sudáfrica se oponen a la expansión de Wal-Mart en el sur de África. Y no están solos, escribe Terry Bell.
Wal-mart es una matón corporativo y un voraz depredador cuya presencia en una comunidad sólo beneficia a los accionistas de la transnacional y perjudica el bien público. Así se resume la visión de los sindicatos de la mayor cadena de tiendas de venta al minorista. El Sindicato Sudafricano de Trabajadores de Catering Comercial y Negocios Relacionados (SACCAWU, por sus siglas en inglés) ha presentado pruebas de esta visión en un informe presentado a la Comisión de la Competencia. El informe tiene el apoyo de la creciente coalición global contra Wal-Mart y su presentación a la comisión es el primer golpe serio en una batalla que promete ser larga, dura y amarga.
Se trata también de una batalla internacional contra la corporación de 48 años de antigüedad, afincada en Arkansas y que ahora alardea de tener 8.692 tiendas de venta minorista en 15 países. África es el único continente hasta ahora que no cuenta con la presencia de Wal-Mart. Y la oferta de adquisición por parte de Wal-Mart de, al menos, una participación mayoritaria en MassMart no es sólo un tema sudafricano: aunque MassMart – Makro, Dion, Game, Builders Warehouse, etc. – tiene 263 almacenes en Sudáfrica, tiene también otros 25 en la mayor parte de la región subsahariana, desde Bostwana a Ghana, Mauricio y Zambia.
La estrategia de Wal-Mart – la seguida de forma general en su expansión fuera de EEUU – consiste en usar su masivo potencial financiero para comprar operaciones comerciales existentes, de hecho engullendo a los que podían haber sido sus competidores, cortando el asunto de raíz. Los sindicatos tienden a ver esto como un ejercicio parasitario donde el dinero gastado para comprar negocios en marcha es pronto recuperado con beneficios que son continuamente repatriados.
Esta es una crítica que se hizo a la muy alabada compra por 30 mil millones de rands de Absa por el Barclays Bank en 2.005. Pero, en el caso de la venta minorista, el poder financiero y el alcance global actual de Wal-Mart, le permite a la multinacional ejercer presión sobre los precios en toda la cadena de producción, desde los agricultores a las fábricas de cualquiera de las ’55 diferentes marcas’ con las que admite que opera.
Según los sindicatos, este bullying ejercido sobre los proveedores y productores da lugar a un menor número de empleos, salarios más bajos y peores condiciones laborales. También significa que otros minoristas son forzados a tratar de igualar los precios de Wal-Mart, sumándose a la ‘espiral descendente’ en términos de salarios y condiciones laborales. De todos modos, bajo el eslogan: ‘Ahorra dinero. Vive mejor’ Wal-Mart y sus partidarios afirman que la habilidad para proporcionar los precios más bajos es para beneficiar al consumidor. Puede ser, pero sólo inicialmente, dicen los sindicatos. Estos apuntan que el efecto global del avance de Wal-Mart Stores, trabajando bajo una gran variedad de disfraces desde Wal-Mart y Sam’s Clubs en EEUU a Asda en Gran Bretaña, ha sido de todo menos beneficioso.
Un estudio de un equipo de dos universidades de Chicago, publicado en enero de este año, reveló que, cuando abre un almacén de Wal-Mart, tiende a forzar a muchos almacenes de la competencia en esa área a dejar el negocio, con la pérdida de trabajos a tiempo completo en esos almacenes igualando, en términos generales, los trabajos creados por la acción de Wal-Mart.
Según los sindicatos, muchos de los trabajos de Wal-Mart son eventuales y, en EEUU, Wal-Mart sigue sin permitir a sus trabajadores afiliarse a sindicatos. La compañía también aconseja a los gerentes sobre las maneras de combatir la influencia de los sindicatos, pero los acepta cuando, como en Europa y otros lugares, heredó de hecho una fuerza de trabajo sindicalizada cuando se hizo con almacenes ya existentes.
Estos puntos surgieron en las conversaciones entre los delegados de 900 sindicatos de servicios afiliados de la UNI Global Union, que se reunieron en Nagasaki, Japón, esta semana. UNI Global aglutina 20 millones de trabajadores organizados en sindicatos en 150 países. Fue en este congreso donde Sharan Burrows, secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos (ITUC, por sus siglas en inglés) hizo pública la advertencia: ‘matones corporativo, tened cuidado.’ Lo dijo cuando anunció que, en enero del próximo año, ITUC encogería un ‘matón corporativo’ para ser el blanco de una ‘atención especial’ por parte del movimiento sindical internacional.
Esto demuestra la creciente toma de conciencia dentro del movimiento de los trabajadores de que los sindicatos han estado perdiendo terreno en lo que se ha convertido en un mundo cada vez más sin fronteras definidas; que los trabajadores organizados han permanecido en gran medida constreñidos por las fronteras nacionales mientras que los capitales han fluido más libremente que nunca antes. En el clima actual, Wal-Mart es claramente un favorito para ser el blanco, con el objeto de conseguir un ‘acuerdo marco global’ de una corporación global que emplea a casi dos millones de trabajadores.
El elemento central de tal acuerdo sería el derecho de los trabajadores a organizarse y formar sindicatos. Es el primer paso del movimiento de los trabajadores hacia lo que se ve como un objetivo a largo plazo de igualdad de salarios y condiciones laborales a escala global. ‘Ya tenemos un acuerdo de ese tipo con Shoprite, lo que proporciona un entorno favorable para los trabajadores en otros países donde opera Shoprite,’ afirma el secretario general adjunto de Saccawu, Mduduzi Mbongwe. En este acuerdo se persigue un acuerdo similar con Pick’ Pay cuando se extienda su huella, lo que Shoprite ya ha hecho, al norte de la frontera.
Sin embargo, la idea de estas ‘condiciones de igualdad’ socava la dinámica competitiva dirigida al beneficio del actual sistema económico, un sistema que Wal-Mart ha explotado al máximo. UNI Global señala que Wal-Mart ha construido su ventaja competitiva sobre ‘los bajos salarios, las escasas prestaciones, y exprimiendo a los productores.’
Pero no hay nada nuevo ni extraordinario en esto. La diferencia es que Wal-Mart, como un producto del sistema de libre mercado, ha crecido hasta el punto de que su volumen de negocios anual actual excede el producto interior bruto de Sudáfrica en casi 110.000 millones de dólares. Es, por lo tanto, un ejemplo de cómo tener éxito en el mundo carente de toda ética del capitalismo. Por lo tanto, aunque muchos en los sindicatos puede que no se den cuenta de ello, la batalla que han emprendido contra Wal-Mart y por la igualdad global requiere la transformación del sistema mismo.
Traducido para Rebelion por Mariola y Jesús María García Pedrajas
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