La anunciada publicación de más de 250 mil documentos clasificados este domingo movilizó con anticipación a diplomáticos norteamericanos en diversos sectores del mundo en una especie de misión de control de daños.
Según la televisora NBC, tras la filtración, las fuerzas del departamento de Estado priorizan la tarea de contener las consecuencias desfavorables de los datos revelados, que dejan mal parado a Washington frente a amigos y enemigos.
La jefa de la diplomacia norteamericana, Hillary Clinton, parte este lunes en un viaje por cuatro países de Asia Central y el Golfo Pérsico.
Aunque la gira estaba prevista desde antes, analistas sugieren que llega en el momento propicio para permitirle a la secretaria de Estado curar posibles heridas.
Wikileaks filtró este domingo, con anticipación a diarios importantes de Europa, informaciones sobre las presiones de Washington para maniobrar con Irán, Afganistán y la República Popular Democrática de Corea.
También quedaron expuestos comentarios negativos de los representantes estadounidenses en Berlín y Ankara sobre dirigentes de esos países, y pedidos del rey saudita, Abdullah, de una agresión estadounidense a Irán.
La Casa Blanca condenó las filtraciones y las calificó como un riesgo para los agentes y el personal diplomático en el extranjero.