Prensa Latina

Washington, 11 de nov (PL) Cientos de armas del Pentágono terminan cada año en manos de pandilleros por el tráfico ilegal realizado por soldados o porque los delincuentes trabajan en instalaciones militares y las roban, denunció hoy el diario La Opinión.

El periódico californiano destaca que desde 2007 a la fecha al menos ocho veteranos de Iraq y Afganistán fueron acusados de importación y tráfico de armas.

Dos de los casos están relacionados con la venta de armas a carteles de la droga mexicanos y dos al suministro a pandillas locales.

De acuerdo con documentos oficiales, algunos de los militares expresaron que su equipo personal no es inspeccionado cuando regresan a Estados Unidos, lo que facilita la introducción del armamento.

Los acusados introdujeron a este país arsenales de bajo y largo alcance, entre ellos algunas de las armas favoritas de los carteles mexicanos, como la Colt AR-15 calibre .22, el rifle de asalto AK-47 y las pistolas FN calibre 5.57.

Las armas eran comercializadas a un precio de 850 y mil 100 dólares para un AR-15, mientras que los AK-47 alcanzaban en el mercado negro los 850 dólares.

Este martes agentes de la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos detuvieron a tres ex marines presuntamente involucrados en una operación de compra-venta de fusiles AK-47 a una pandilla.

Otro ex militar, David Neal Kellerman, fue detenido por traer en su equipaje municiones y más de 30 libras del explosivo C-4. Por su parte, el ex marine Nicholas Bickle logró introducir 80 rifles AK-47.

Según el Centro Nacional de Inteligencia de Pandillas, se calculan en 10 mil los pandilleros entrenados por los militares porque trabajan o colaboran en instalaciones castrenses.

Asimismo, destaca que esos delincuentes son comúnmente asignados a las unidades de apoyo militar donde tienen acceso a armas y explosivos y obtienen los arsenales debido a la deficiencia en el manejo de los suministros o a través de falsificar documentos.