El presidente Barack Obama dijo que su país dará un apoyo “inquebrantable” a Seúl y afirmó que ya ha conversado con el presidente surcoreano Lee Myung-Bak para preparar una ofensiva militar.
Pese al reciente incidente, Washington ya había planificado desde hacía meses las futuras maniobras navales, por ello Corea del Norte cree que ya se trataba de un plan premeditado.
Los ensayos bélicos contarán con el portaaviones USS George Washington y navíos surcoreanos, y durarán cuatro días, según anunciaron las tropas estadounidenses que se encuentran en Corea del Sur.
El presidente Obama ha retomado su ofensiva verbal al volver a etiquetar a Corea del Norte como una ”amenaza” para el mundo.”Queremos asegurarnos de que todas las partes en la región reconocen que hay una amenaza seria y continua de la que hay que ocuparse”, dijo.
El ministro surcoreano de Defensa, Kim Tae-Young, anunció un próximo despliegue de nuevas baterías de artillería en la isla bombardeada.
Hace dos días, un científico estadounidense acusó sin prueba alguna a Corea del Norte de contar con un nuevo programa para fabricar bombas atómicas.
Estados Unidos ya contaba antes del incidente con 28.500 soldados en Corea del Sur.
La isla de Yeonpyeong, con 1.500 habitantes –la mitad de los cuales huyeron desde el ataque del martes– está ubicada en el Mar Amarillo, en una zona disputada por ambas Coreas.
Tan grande es el ambiente de inquietud que el miércoles hubo un inhabitual flujo de clientes a los supermercados, para abastecerse de provisiones de agua y alimentos.
La comandancia militar norcoreana afirmó que Corea del Sur había disparado en primer lugar.
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