El rotativo indica que «al menos desde principios de año, cada vez que un periodista se lanza a una investigación molesta para él o los suyos», Sarkozy pide al patrón de los servicios secretos, Bernard Squarcini que «se interese» por el reportero.
Se trata de «ponerle bajo vigilancia, controlar sus relaciones y, sobre todo, sus informadores», agrega.
Para hacerlo, Squarcini formó un grupo dentro de sus servicios especializado en estas cuestiones, añade ‘Le Canard Enchainé’, que señala que las investigaciones comienzan con los registros de llamadas que han efectuado los periodistas, para lo que cuentan con la complicidad de los operadores telefónicos.
Asegura que Squarcini no está muy satisfecho con esta misión, puesto que preferiría dedicar a sus hombres a otros menesteres.
En los últimos días han denunciado estos robos periodistas del vespertino ‘Le Monde’, del semanario ‘Le Point’ y del sitio web Mediapart, todos ellos encargados del caso Bettencourt.
De hecho, a mediados de septiembre pasado ‘Le Monde’ acusó al Elíseo de utilizar los servicios de contraespionaje para identificar al informador que había puesto a sus periodistas tras la pista del caso Bettencourt, una información que la Presidencia negó.
La publicación de la información por ‘Le Canard Enchainé’ ha provocado la reacción de la oposición socialista, que ha pedido que se abra una investigación sobre el espionaje de los periodistas y que el patrón de los servicios secretos comparezca ante los diputados.
El Elíseo negó esas informaciones, a las que calificó de estrambóticas mientras que el portavoz del Gobierno, Luc Chatel, se negó a comentar diciendo que esas «alegaciones grotescas» que no tienen sentido.