Fue poco después de que Kirchner fuera sometido a una angioplastía coronaria que lo recluyo a la clínica en Los Arcos de Palermo donde permaneció casi 24 horas.
Allí Cristina Fernández expresó: «La televisión dura dos minutos, la foto en el diario de hoy ya es vieja. Lo importante es entrar en la historia, vos elegís donde querés estar”.
Al costado, detrás de los oradores presidenciales se encontraban sendos posters de El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld. Uno llevaba la cara de Néstor Kirchner, el otro el de la Compañera Presidenta.
Es que era Néstor Kirchner quien, en primer lugar, había aceptado la convocatoria, pero, después de su internación fue reemplazado por Cristina.
Sin embargo, él estaba allí, firme, haciendo acto de presencia, realizando el esfuerzo de estar presente, de dar el ¡Presente! a las juventudes convocadas.
El Luna Park rebosaba.
Afuera miles de jóvenes seguían el acto por las pantallas.
Era un momento sagrado.
”Si nosotros en lugar de haber sido una juventud que crecía en medio de golpes de Estado hubiéramos podido tener esta Argentina donde estamos construyendo ciudadanía social, qué país diferente hubiéramos tenido. Les tengo una sana envidia porque pueden vivir en un país donde hay total libertad», completó Cristina Fernández al establecer una comparación con otras generaciones que soportaron dictaduras, (rezaba un cable de Télam).
El Eternauta de Oesterheld con el rostro de esta pareja de peronistas militantes los situaba, junto a los jóvenes, bajo la lluvia de copos iridiscentes y letales arrojados por los “Ellos” el enemigo superior. El enemigo verdadero.
Esto situaba a Néstor y Cristina en una lucha por la supervivencia de la especie. Frente a la agresión del establishment, los cipayos, las corporaciones mediáticas, el imperialismo, el colonialismo.
Néstor y Cristina juntos. Una pareja militante. Por la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria Grande ya que Néstor había asumido ya como Secretario General de la UNASUR.
Esa fue su última indicación simbólica. Su lucha por la unidad de la Patria Grande. Su contribución a la unidad entre Colombia y Venezuela. Su gesto solidario desde el UNASUR para con la epidemia del cólera en Haití, hace pocas horas.
También su vigilia junto a la compañera Presidenta después de la muerte del compañero Mariano Ferreyra a manos de sus asesinos, hasta la detención de Pablo Díaz y Cristian Favale.
«Yo no solo tengo esperanzas, también tengo la certeza que el viejo país de la impunidad no vencerá», dijo la Presidenta.
Ahora Néstor Kirchner murió. Ingresó en el Comando Celestial como decimos en la Agrupación Oesterheld. Allí será recibido por Perón, por Evita, por los 30.000 compañeros que le agradecerán su lealtad inquebrantable con ellos, frente a sus asesinos, sus torturadores, sus secuestradores.
También estarán Mariano Morerno, el Chacho Peñaloza, Felipe Varela, Manuel Belgrano, Don José de San Martín, Cacho El Kadri, Ernesto Che Guevara, Miguel Martín de Güemes, Enrique Oliva, Fermín Chávez, Don Juan Manuel de Rosas, Castelli, recibiendo al hijo predilecto. Y habrá mateada virtual y asadito.
Castigados corazones peronistas.
¡Que cosa la historia del movimiento nacional y Popular! Ahora es como si hubiera muerto Perón y lo hubiera sobrevivido Evita.
”Junto a todas las cosas que hemos construido, una de las más importantes fue visualizar a los trabajadores como uno de los componentes esenciales de este proyecto», afirmó Cristina Fernández como militante en River Plate.
Recuerdo claramente el gesto de la presidenta de la Nación cuando puso su mano sobre el jopo rebelde de Néstor Kirchner, días pasados, en la majestuosa conmemoración del 17 de Octubre en el estadio monumental que organizara la CGT y el movimiento obrero argentino; como se quebró de emoción con los familiares de los combatientes muertos en Malvinas; como lo hizo con Elsa Oesterheld cuando le entregáramos la estatuilla de El Eternauta en el teatro Argentino de La Plata en ocasión de la Ley de Medios.
Había allí un sentimiento contenido de emoción. Un estertor, que ahora aflora y se derrama sobre el alma de la Patria.
Este día de conmoción me hace acordar a la congoja del día de la muerte del Presidente Kennnedy en los ´60 y, naturalmente al día de la muerte del General Perón, nuestro máximo líder.
El pueblo argentino tardó casi 30 años desde la muerte del General Perón para reconstruir un liderazgo que encarnara sus legítimos deseos e intereses.
No resulta tan fácil para el pueblo construir un liderazgo que enfrente al enemigo real y que defienda los intereses verdaderos de los trabajadores, de los desocupados, de los sectores más necesitados del pueblo, de su clase media patriótica, de su elite patriótica.
La tarea recién empezaba, como recién se expresaba la de Evita cuando el cáncer se la llevó.
Ahora queda solo Cristina y los Compañeros al frente del valiente pueblo argentino.
Néstor Kirchner, como Juan Salvo, comienza a viajar por lo que es eterno. En algún lugar podrá volver a empezar esta historia de amor y lucha por lo mejor de nosotros mismos.
Como Juan Salvo, buscara empecinadamente el hogar para reencontrarse con Martita y Elena, Néstor se reencontrará con Cristina y Máximo y Florencia en algún lugar del Continuum porque la felicidad es un norte y se encuentra en el hogar y el dolor en algún momento se convierte en puro amor.
Y el amor es eterno.
Como el amor del pueblo por Perón y Evita.
(*) Presidente de la Agencia Télam