Decenas de ciudadanos se manifestaron al exterior del Parlamento para pedir la dimisión del primer ministro, Brian Cowen. La policía desplegó un dispositivo para evitar que los manifestantes entraran al edificio gubernamental.
Los activistas coreaban consignas en las cuales pedían la renuncia de los políticos corruptos y demandaban la celebración de elecciones anticipadas.
Ese hecho, más otro similar ocurrido la víspera, ha puesto en alerta a la policía irlandesa, que teme un recrudecimiento de la protesta social como consecuencia de las medidas neoliberales.
Por otra parte, el Partido Verde irlandés, formación minoritaria de la coalición gubernamental, también exigió efectuar elecciones anticipadas a inicios del próximo año, frente a la fuerte crisis capitalista que vive el país.
“Irlanda enfrenta ahora una situación traumática”, afirmó el líder de los Verdes, John Gormley, en referencia a la petición que efectuó la víspera el Gobierno de Dublín a la Unión Europea (UE) y al Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir préstamos.
El préstamo de ambos organismos internacionales, ascendente a 100.000 millones de euros, e implica a cambio la aplicación de fuertes recortes en el ámbito social.
Algunos expertos advierten que ese hecho tampoco impedirá el deterioramiento de otras economías europeas.