Humberto Gómez García

Sin dudas que el imperio yanqui se está desmoronando, su escasa moral no la levanta ni el cinismo ni su habitual prepotencia de funcionarios perversos y miserables hasta con sus aliados como la ministra Hilary Clinton. La bomba solo mata yanquis que lanzó Wikileaks ha estremecido el mundo político internacional y puesto al desnudo la calaña miserable del funcionariado diplomático y de inteligencia de los Estados Unidos del Norte.

Realmente la publicación de cientos de miles de documentos, memos, telegramas cruzados entre el centro diplomático norteamericano con sus 270 embajadas y consulados en todo el globo terráqueo, pone al desnudo una diplomacia de espionaje donde las representaciones diplomáticos evidencian no ser tales sino vulgares dependencias de la CIA y otras agencias de espionaje yanquis. Para elaborar sus políticas de dominación no se detienen ni siquiera en sus más cercanos aliados, espiarlos revela que les pueden ser útiles a sus intereses particulares pero no son confiables.

Una política demencial que llega a la utilización de sofisticadas tecnologías para tener el dominio y acceso del funcionariado de la ONU incluyendo el Secretario General, tal hecho se desprende de la lectura de una orden policial clasificada y firmada por la actual secretaria de Estado, Hillary Clinton, en la misiva solicitaba detalles técnicos sobre los sistemas de comunicación usados por altos cargos de la ONU, incluyendo contraseñas y claves. Asimismo, la directiva pedía información biométrica detallada de mandos claves, huellas dactilares, ADN incluso. Igualmente se ordenaba a sus funcionarios, espías con el disfraz de diplomáticos, buscar información sobre «el estilo de gestión y de adopción de decisiones de Ban Ki-moon y su influencia en el Secretariado». La directiva se envió a las misiones de EEUU ante la ONU y sus agencias en Nueva York, Viena y Roma y a 33 embajadas y consulados e incluía la petición de «números de tarjetas de crédito, direcciones de correo electrónico, teléfonos y faxes y hasta los números de viajero frecuente» de representantes de los otros cuatro miembros permanentes en el Consejo de Seguridad: China, Rusia, Francia y Reino Unido.

Referente a la América Latina el activismo del espionaje de las embajadas yanquis en todos los países del continente, revelan algunas cosas ya sabidos como las políticas de hostigamiento y agresión contra Venezuela y su Presidente Hugo Chávez Frías, con el añadido del “cortejo” a muchos gobiernos para aislar a nuestro país, papel éste desempeñado por el sicópata y genocida Álvaro Uribe, que casi genera un conflicto bélico entre los dos países. En muchos documentos se habla sobre “los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez”. De 251 mil mensajes revelados por Wikileaks, 4.155 se refieren a Venezuela según publicó el periódico británico The Guardian. Por supuesto la documentación referida a Venezuela no ha salido aún, cuando eso ocurra se revelará todo el espectro conspirativo de la extrema derecha “criolla” y sus amos yanquis. Preparémonos a coger palco y a contraatacar cuando se sepan las monstruosidades que el gobierno de Bush/Obama le ordenaron a sus ONGs financiadas con el dinero de los contribuyentes norteamericanos.

Grotescas son las revelaciones del Departamento de Estado y, particularmente de la secretaria de Estado Hillary Clinton con relación, por ejemplo, a la Jefa de Estado argentina sobre su salud mental o si ella es más radical que su fallecido esposo.

Uno de los aspectos más criticables y que ponen al desnudo la naturaleza imperialista y rapaz de la administración yanqui y el desprecio por nuestros pueblos es el realizado por la embajada espía yanqui en el Paraguay, una de las órdenes era la acumulación de datos físicos de los aspirantes a la presidencia de Paraguay en las elecciones de abril del 2008. Uno de los mensajes publicado recaba datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, ADN “y otras singularidades” de la entonces ministra de Educación, Blanca Ovelar, al ex vicepresidente Luis Alberto Castiglioni, al ex general Lino Oviedo y a Fernando Lugo, actual presidente. Pero no se detiene allí, en su afán colonialista la Secretaría de Estado le exige información a su delegación en la Asunción sobre la corrupción oficial, el lavado de dinero, las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia. La investigación ordenada a la “Embajada” se refiere también sobre la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo. De igual manera solicitó información sobre la construcción de mezquitas en el país latinoamericano.

Obviamente semejante trabajo no lo puede realizar una sola persona, se precisa de un alto y capacitado equipo humano y de alta tecnología, de colaboradores en las esferas del Estado paraguayo, de nexos con la oposición fascista, es decir, un trabajo de enorme envergadura para alcanzar esos objetivos. ¿Lograron hacer los policías diplomáticos todo lo solicitado? ¿Cómo va a reaccionar el presidente Fernando Lugo ante tan graves revelaciones o la valiente presidente de Argentina, Cristina Fernández?

Los documentos de Wikileaks son tremendamente reveladores de la injerencia y participación yanqui en el golpe en Honduras contra el presidente Zelaya. Si alguna duda había lo conocido hasta ahora, que mereció una primera respuesta del presidente Zelaya, van a estremecer toda la sociedad hondureña y serán armas políticas para el fortalecido movimiento de la resistencia contra la dictadura de Lobo/Micheletti.

El mundo se le viene encima a la Clinton, prepotente y soberbia mujer que al parecer gobierna más que Obama. El misil le cayó directamente en el corazón al decadente Departamento de Estado; muy difícil será que no sea recompuesto, su podredumbre abarca todos los niveles, el mundo entero los señala, el primer paso será la dimisión de la soberbia damisela porque, no lo dudamos, le llegó su cuarto de hora, adiós, que le vaya mal.

(humbertocaracola@gmail.com)