“Lo que pasó el jueves es particularmente grave en la historia de la institución policial y del Ecuador: se pretendió atentar contra la vida del presidente de la República, los hechos sí lo demuestran”, sostuvo.
Jalkh expuso este viernes detalles de la permanencia del Jefe de Estado y los momentos críticos de su rescate en el que murieron un policía que lo custodiaba y un estudiante universitario que formaba parte del grupo de ciudadanos que acudieron a rescatarlo del virtual secuestro al que fue sometido por una turba de policías y agitadores políticos encubiertos.
“Se tenía que diseñar un operativo de rescate del presidente de la República, aparentemente se calmaban los ánimos. Se enviaban mensajes de que el presidente podía salir con ‘toda tranquilidad’ del hospital de la Policía. Sin embargo, análisis de inteligencia nos mostraban que esa calle de honor era una mezcla de policías arrepentidos, infiltrados, sediciosos y francotiradores que estaban listos para atentar contra la vida del presidente de la República, los hechos así lo demostraron posteriormente”.
El vehículo en el que se rescató al presidente Correa, así como varios carros de la escolta presidencial, fue alcanzado por varios impactos de fusil, disparados con la intención de atentar contra la vida del gobernante.
El operativo de rescate fue diseñado por las Fuerzas Armadas en combinación con fuerzas de élite de la Policía, relató Jalkh.
“El vehículo del presidente de la República fue impactado reiteradas veces con disparos de fusil. Esto demuestra que este levantamiento no era para reivindicar condecoraciones ni para demandar alzas salariales, que nunca se habían dejado de atender; nadie va a disparar al presidente de la República para que le suban la remuneración, nadie le dispara al presidente de la República para obtener una condecoración”, continuó.
El ministro del Interior advirtió que “ese grupo de desquiciados tendrán que responder ante la historia y ante la justicia”.