Telesur
Este martes el pueblo latinoamericano conmemora una vez más el Día de la Resistencia Indígena, como parte de la reivindicación de quienes fueron oprimidos tras la llegada de los europeos a tierras americanas.
El 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, se conoce también en algunos países de la región como día Día de la Raza, recuerda la sangre derramada por los pobladores nativos de este territorio, que fueron víctimas de la violencia de los colonizadores hace unos 518 años.
Día de la Raza es el nombre que reciben en la mayoría de los países hispanoamericanos las fiestas del 12 de octubre en conmemoración del avistamiento de tierra por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de haber navegado más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América.
La denominación fue creada por el ex-ministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana, que en 1913 pensó en una celebración que uniese a España e Iberoamérica, eligiendo para ello el día 12 de octubre.
Sin embargo, en Venezuela rebautizó la festividad como Día de la Resistencia Indígena, para honrar la constancia de los pueblos originarios en su lucha por la dignidad.
En Venezuela, los pueblos indígenas tienen un reconocimiento expreso de su rebeldía, que se traduce en el otorgamiento, dentro de la Constitución, de derechos cercenados por siglos.
Esa Carta Magna, la única aprobada en Venezuela mediante referéndum popular en 1999, contempla y reconoce para los indígenas, todo un capitulo con ocho artículos.
Además, 500 años después de la colonización europea, Bolivia también es uno de los países de la región que consolida un proceso de revolución democrática y cultural, con la inclusión de los indígenas a funciones de decisión nacional.
Evo Morales, de la etnia aymara, es el presidente de Bolivia desde 2005. En su Gobierno ha emprendido varias iniciativas que establecen reivindicaciones para el pueblo indígena de esa nación.
Sin embargo, en otros países de la región, como Chile y Paraguay, comunidades indígenas aún luchan por lograr que sus derechos sean reivindicados.
En Paraguay los pueblos aborígenes se mantienen a la espera de que les sean devueltos sus territorios ancestrales. Sin hábitat, comunidades enteras sobreviven en espacios urbanos.
Luego de tres reclamos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sancionó a favor de que el Estado paraguayo restituyera las tierras a las etnias.
Una lucha similar mantienen los indígenas mapuche en Chile, donde los originarios llevan adelante una protesta para exigir al Gobierno el reconocimiento de su derecho en el acceso a las tierras de las cuales han sido paulatinamente despojados.