TeleSUR

La jornada de protesta que impulsan sindicatos, estudiantes y la colectividad en general, producto de la polémica modificación de la Ley de Jubilaciones en Francia, han tomado una cariz que el mismo Gobierno de Nicolás Sarkozy no se esperaba, así lo aseguró este martes el periodista y catedrático español de la Universidad parisina de Denis Diderot, Ignacio Ramonet.

En una entrevista exclusiva para teleSUR desde París, el profesor sostuvo que «ni el propio Sarkozy imaginó que la protesta iba a tomar el cariz que toma actualmente y que existen muchos sectores que se han unido» a esta décima jornada de manifestaciones en contra de la reforma a la ley en lo que va de año.

Afirmó que existen grupos de la sociedad, tanto de empresas públicas como privadas,que se han unido a estas manifestaciones y que el Gobierno francés no tenía previstas, en este sentido sentenció «que hoy nadie puede decir lo que puede ocurrir» en los próximos días debido al gran número de personas que repudian la medida.

Para Ramonet, existen dos factores que se han convertido en la chispa que detonó el descontento en la ciudadanía, el primero es que esta modificación «no estaba prevista en el programa electoral (de Sarkozy), la sacó sin que nadie estuviera al corriente», y la segunda es que el mandatario agredió uno de los principios sociales más «sagrados que tiene la sociedad francesa».

Explicó que «los 60 años como edad de jubilación es una adquisición social simbólica muy importante para los franceses y tocar ese símbolo es tocar un principio social casi sagrado para la ciudadanía en general» y «es por eso que la protesta es muy amplia».

Actualmente, las principales refinerías del país, el sistema de transporte aéreo, marítimo y terrestre, los estudiantes y la ciudadanía en general se encuentra en paro por la posible promulgación, prevista para este miércoles, de la reforma a la ley.

En este sentido, Ramonet sentenció que «la impresión que tienen los observadores internacionales es que está protesta está tomando tal nivel que ya ni siquiera es contra a las pensiones (…) sino que va más allá, es en contra del carácter de este Gobierno, contra las condiciones que ha creado la mundialización desde hace varios decenios y en contra del neoliberalismo»,

Consideró que «lo más probable es que la ley sea votada», pero explicó que en varias ocasiones ha sucedido que «una ley que ha sido hasta votada (por el Parlamento) puede ser retirada por el Gobierno si los manifestantes continúan oponiéndose».

Francia vive una de las jornadas de protestas más intensas de lo que va de año. Para este martes una de cada seis estaciones de servicio presenta problemas de abastecimiento, esto se traduce en que más de dos mil 500 gasolineras, de un total de 12 mil 500, se encontraban sin combustible tras ochos días de huelga en las 12 principales refinerías de esta nación, según fuentes del sector petrolero.

De igual manera, estudiantes han provocado incendios tanto en centros educativos como en los vehículos, de hecho, la mañana de este martes unos 200 jóvenes encapuchados lanzaron proyectiles y bombas de humo contra los policías e incendiaron un vehículo frente a un colegio de Nanterre (noroeste de París).

El tráfico aéreo también se ha visto afectado en 50 por ciento de los vuelos en el aeropuerto parisino de Orly y el 30 por ciento en los aeropuertos de Roissy Charles de Gaulle (en el área metropolitana de París) y del interior.

Sólo seis trenes de gran velocidad de cada 10 están prestando servicio y la red de metro en París trabajaba casi con normalidad, pero se registraban alteraciones en dos líneas de trenes suburbanos.

De igual forma los camioneros efectuaban «operaciones tortuga» en algunos puntos del país, donde grupos de manifestantes bloqueaban el ingreso a fábricas, plantas industriales, depósitos de combustible o aeropuertos, como en Burdeos (suroeste).

La huelga era seguida también en correos, empresas de telecomunicaciones, educación, sector audiovisual público y otros privados como los recolectores de residuos de algunas ciudades.

El Gobierno prevé que el Senado vote definitivamente en los próximos días la gran reforma del sistema nacional de pensiones, que obligará a trabajar dos años más para jubilarse (62 años en lugar de 60 para la edad mínima, y 67 años en lugar de 65 para la jubilación completa).