“Hay hombres que parecen tener sólo una idea y es una lastima que sea equivocada” Charles Dickens….
Edgar Perdomo Arzola
Auditórium
Lo ocurrido el pasado jueves en Ecuador fue en realidad un ¿intento de golpe de Estado? o una vulgar reyerta de unos policías, que fueron apoyados por la fuerza aérea ecuatoriana, que protestaban en contra de la aprobación de una ley, que le recortaba beneficios laborales obtenidos por los gendarmes.
Lo de el intento de golpe fue transmitida por el gobierno ecuatoriano, a través de radio y televisión que transmitieron en cadena nacional, como un parte por la declaración del Estado de Excepción en ese país, y por las agencias internacionales de noticias, como tal fue condenada por los mandatarios de América Latina y de otras partes del mundo.
El Presidente Rafael Correa acusó directamente al ex presidente Lucio Gutiérrez de haber infiltrado gente suya en la policía para manipularla sobre los alcances de la medida cuestionada provocando así una sublevación policial. Esto lo manifestó ante una multitud en la Plaza de la Independencia, en el casco histórico de Quito, luego de ser rescatado del hospital de la policía, donde estuvo arrestado por efectivos sublevados todo el día. Los seguidores de Lucio Gutiérrez fueron señalados de tomar varios medios de comunicación, Gutiérrez ha negado su implicación en ese motín, calificando de una canallada la acusación de Rafael Correa.
«No habrá perdón ni olvido» para los policías que se amotinaron contra la democracia y para los participantes políticos, dijo en un discurso Rafael Correa, sin mencionar a ningún otro líder opositor aparte de Lucio Gutiérrez.
Analistas políticos/militares, escudriñan si esto fue un globo de ensayo, junto a la posibilidad de la existencia de un plan que propició el motín de los policías. Para luego aplicar una “operación Zelaya”, y así lograr derrocar el gobierno democrático de Correa.
Resolver este acertijo parece ser crucial para ver una salida futura a esta reciente crisis del Ecuador. Hay mucha preocupación por el cronicismo histórico de desestabilizaciones en ese país, que ha tenido ocho presidentes en una década desde 1996 hasta el 2006.
El Presidente Correa reforzó la tesis del golpe de estado al argumentar que ninguno de los policías con los que conversó había leído la ley que pedían fuera derogada. «Se dejaron llevar por la guerra psicológica que hace el gutierrismo expresó, son unos vende patrias y conspiradores». Ahora lo que falta es esperar el desarrollo de los acontecimientos en los próximos días por venir.
Las fuerzas policiales del Ecuador están compuestas por unos 52.000 efectivos aproximadamente.
Entre los bonos suprimidos a los policías por la llamada “Ley de Servicio Público”, están los de sueldo y medio que recibían por una sola vez los suboficiales cada vez que ascendían de rango, variando de 3.000, 5.000 y hasta 8.000 dólares para los oficiales superiores. También se le eliminan los incentivos que recibían cuando eran condecorados por su desempeño policial.
Esta ley le alarga de cinco a siete años el tiempo requerido para el ascenso de un grado a otro.
Esto parece ser el trasfondo de la insurrección policial, más que una conspiración policial han expresado muchos analistas expertos en la materia.
Al parecer la cultura política de Ecuador es la del desestabilizador. Hacer oposición parece ser; es la de tumbar el gobierno.
Para algunos analistas la Asamblea Nacional, tiene una alta responsabilidad en este suceso, cuando aprueba leyes sin los respectivos debates, muchas veces el gobernar imponiendo cosas, a la larga genera una cadena de resistencias.