Prensa Latina

Brasilia.- Unos 135 millones 800 mil brasileños van hoy a las urnas en unas elecciones presidenciales, legislativas y regionales, pero con la atención centrada en quién será el sucesor del popular y carismático mandatario Luis Inácio Lula da Silva.

En Brasil, donde el voto es obligatorio, salvo para los jóvenes de 16 y 17 años, los analfabetos y los mayores de 74 años, constituye además un compromiso y muestra de ciudadanía ejercer ese derecho, mediante el cual los habitantes escogen a sus dirigentes para el cuatrienio siguiente.

En anuncios publicitarios, transmitidos desde hace dos meses por la radio y la televisión, la Justicia Electoral insta a los votantes a reflexionar sobre los candidatos y leer detenidamente la trayectoría e integridad de los mismos, para decidir quien considera que puede representar y defender mejor sus intereses.

Para la disputa electoral de 2010, se inscribieron 22 mil 570 candidatos, de los cuales nueve optan por el Palacio de Planalto (sede del gobierno), 171 para gobernadores de los 26 estados y del Distrito Federal, 273 para senadores, seis mil 36 para diputados federales y 15 mil 280 para legisladores estaduales y distritales.

Sin embargo, la atención de los brasileños y del mundo se centra en la selección de la persona que sucederá el próximo 1 de enero de 2011 y hasta 2014 al presidente Lula, quien hoy es el jefe de Estado más popular de la historia brasileña, con cerca del 80 por ciento de aprobación de su gestión.

Precisamente y según los resultados de las últimas encuestas de opinión, la candidata presidencial por el Partido de los Trabajadores (PT, en el gobierno), Dilma Rousseff, es la preferida de los electores brasileños con entre 47 y 50 por ciento de la intención de voto.

Detrás aparecen el aspirante por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), José Serra, con entre 25 y 28 por ciento de la intención de voto, y Marina Silva, del Partido Verde (PV), con 14 por ciento.

Por lo pronto, las urnas electrónicas ya están en los locales de votación y unos siete mil efectivos militares están prestos para garantizar la seguridad y evitar delitos electorales como la compra de votos. Algunos estados decretaron la Ley Seca y durante esta jornada está totalmente prohibido el proselitismo político.

Unos 150 observadores internacionales -la mayoría de ellos procedentes de Argentina y México- seguirán los comicios generales, cifra que supera en siete veces el promedio de 20 extranjeros registrados desde las elecciones de 2002.

Aunque habrá sondeos a boca de urna, a quienes seguirán el proceso electoral brasileño, totalmente automatizado, sólo les resta esperar hasta la medianoche, cuando el Tribunal Superior Electoral tiene previsto divulgar el primer resultado de los comicios, que se desarrollarán entre las 08:00 y las 17:00 horas local.

Debido a su gran extensión territorial, este país posee tres husos horarios, por lo que la apertura y el cierre de los colegios tienen dos horas de diferencia.

Entre los electores habilitados se cuentan los cerca de 200 mil brasileños residentes en el exterior, algunos de ellos, incluso, ya concluyeron ese proceso, pues por la diferencia horaria, como es el caso de quienes viven en Oceanía, hace buen tiempo que pasaron por las 17:00 horas de este domingo 3 de octubre.