Beatriz Ortíz Martínez
Diagonal
Distintas informaciones han alertado de la puesta en marcha, este fin de semana, del Operativo Hermes, una operación a escala europea de control de personas sin papeles. Sin embargo, el Ministerio de Rubalcaba asegura que esta operación ya se ha llevado a cabo. De una forma u otra, los controles persisten.
El lunes 18 de octubre saltó la noticia de que se ha puesto en marcha el Operativo Hermes en el Estado español en coordinación con los Estados miembros de la Unión Europea, cuyo objetivo principal es mejorar y coordinar el trabajo de las fuerzas de seguridad, así como impulsar la cooperación de las autoridades europeas e internacionales, es decir, establecer en todos los países actividades simultaneas de monitorización y prevención, de identificación y expulsión de personas sin papeles.
Los datos al respecto son diversos e incluso contradictorios: fuentes policiales han informado a diferentes agencias y medios de comunicación sobre el aumento de las redadas y sobre el hecho de que este operativo se desarrollaría durante esta semana (del 18 al 24 de octubre), mientras que desde el Ministerio del Interior han afirmado que el “operativo Hermes” tuvo lugar la semana pasada (del 11 al 17 de octubre). En todo caso, destacan las organizaciones de defensa de los derechos sociales, lo importante es poder alertar y mantener al corriente de la puesta en marcha de este operativo a personas de origen inmigrante que puedan verse afectadas.
La consecuencia directa de la puesta en marcha de este operativo es un aumento de los controles racistas en las zonas públicas y los principales puntos de circulación de personas (estaciones de autobuses, de trenes y en el metro).
¿Cómo son los controles racistas?
Estas identificaciones se hacen de manera selectiva. El factor principal para solicitar a una persona que se identifique son sus rasgos físicos, es decir, los agentes de policía solicitan identificación a personas de origen extranjero y que son susceptibles de tener o no sus papeles en regla.
Iniciativas de varios colectivos, como las Brigadas Vecinales de Observación de Derechos Humanos o Ferrocarril Clandestino, consisten en recopilar información sobre estas acciones policiales, de manera que puedan existir datos sobre la frecuencia de las redadas racistas y las zonas en las que se suelen realizar. Otros sistemas de alerta más o menos inmediata avisan a las personas sin papeles por sms sobre el lugar en el que se está dando una redada para evitar que transiten por el mismo.
Iniciativas como Alerta! también permiten participar en la documentación de las redadas, en este proyecto se recopila información sobre controles racistas, brutalidad policial o violencia homófoba, entre otras cosas, a través de las redes sociales o el móvil.