Delegados de 193 estados miembros, líderes económicos y organizaciones no gubernamentales se reunieron para esta décima Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica (CBD) con el fin de establecer esos objetivos.
Durante el encuentro, que se extenderá hasta el 29 de octubre, las partes también discutirán sobre cómo compartir los beneficios derivados de los recursos genéticos.
Pero los países desarrollados y los menos desarrollados están divididos respecto de algunas de las cuestiones principales, por lo que hay gran preocupación respecto de que estas fracturas pudieran estancar las conversaciones como ocurrió en diálogos anteriores.
En 2002, las partes prometieron reducir la tasa de pérdida de biodiversidad “significativamente” hasta 2010 para aliviar la pobreza y beneficiar toda la vida en la Tierra. Sin embargo, esas metas no se cumplieron.
Es “obvio que la comunidad mundial fracasó en cumplir con ese objetivo”, dijo Jochen Flasbarth, presidente de la novena Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica y director del departamento de protección de la naturaleza y uso sostenible del Ministerio de Medio Ambiente de Alemania. “Seguimos perdiendo la diversidad, la riqueza, la belleza y el capital de nuestro planeta”.
“Lo que el mundo quiere de Nagoya son acuerdos que detengan la dramática pérdida de riqueza viva en el mundo y la contínua erosión de los sistemas que sostienen nuestra vida”, dijo Jim Leape, director general de una organización ambientalista, la WWF.