MS-terra
Marina Silva y su Partido Verde, vistos como árbitros de la disputa por la Presidencia brasileña al conquistar un sorpresivo tercer puesto en primera vuelta, anunciaron el domingo que no apoyarán a ninguno de los dos candidatos del balotaje del 31 de octubre, y se mantendrán «independientes».
«El hecho de no optar por ninguno (de los candidatos) no significa neutralidad, sino una posición de independencia, reafirmada en ideas y propuestas», señaló Silva al leer una carta abierta dirigida a la candidata oficialista Dilma Rousseff y a su rival socialdemócrata José Serra.
En el marco de una convención partidaria en Sao Paulo (sureste) destinada a determinar si darían o no apoyo a alguno de los postulantes, la ex candidata ecologista sostuvo que su agrupación se mantendrá en «la posición de mediadores para que el proceso (electoral) tenga los mejores resultados».
«Esa independencia va a favorecer a la democracia» y no a uno u otro candidato, subrayó Silva, ex ministra de Medio Ambiente de Luiz Inacio Lula da Silva, en conferencia de prensa.
Marina Silva, que no especificó a quién votará el último domingo de octubre, se había posicionado como actor clave de la carrera presidencial con una inesperada votación en el primer turno, de 19,3%, que según los analistas forzó una segunda vuelta.
Con su decisión y la de su partido, sus casi 20 millones de votantes quedaron en libertad para pronunciarse el 31 de octubre.
«Seremos independientes», enfatizó el presidente del Partido Verde, José Luiz Penna, tras una votación casi unánime de la convención nacional del grupo ecologista.
Durante el encuentro, los dirigentes del partido también detallaron que el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) tuvo una mejor receptividad a incluir en su programa las propuestas presentadas por ellos hace dos semanas, entre las cuales se destacan iniciativas sobre educación, cambio climático y la protección de la flora y fauna regional.
«Ahora soy candidata para que este embrión de tercera vía pueda prosperar (…) para poner fin a una dualidad» entre el PT y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), explicó Silva.
Esta postura de independencia «no es lavarse las manos», subrayó. «Estoy comprometida con la elección que hicimos», dijo.
La ex candidata no descartó que su partido acepte una eventual invitación a asumir cargos en el próximo gobierno, a partir del 1 de enero de 2011.
Los votos captados por esta evangélica de 52 años serán cruciales para la definición del segundo turno, por lo que en las últimas semanas fue cortejada tanto por Serra como por Rousseff para obtener su apoyo.
«Quien se va a posicionar por Dilma (Rousseff) o por (José) Serra, se posiciona como elector y sin calificación partidaria», señaló de su lado Alfredo Sirkis, vicepresidente del PV.
Según las últimas encuestas, Rousseff lidera las intenciones de voto con entre 6 y 9 puntos porcentuales por delante de Serra. La más reciente le dio 54% de preferencias contra 46% de su rival.