Yurinis Prieto

Más de 3 millones de manifestantes apoyados por sindicatos y partidos políticos exige que la reforma de jubilación impuesta por Sarkozy sea retirada. Con esta reforma el gobierno pretende que los trabajadores paguen el costo de la crisis financieraque ha azotado y sigue azotando al país. Ésta ya fue aprobada por la asamblea y sólo falta la aprobación del senado para ejecutarla. De ser aprobada, la edad para jubilarse aumentará de 60 a 62 años sin que se haya considerado la opinión de los franceses quienes decidieron que ésta sería a los 60 años y no como lo pretende el presidente.

Con esta imposición el gobierno obliga a los trabajadores a costosos días de huelga porque desde que paralizan sus labores ellos no son remunerados. No obstante frente a la sordera de Sarkozy muchos sindicatos llaman a la reconducción indefinida de la huelga; y otros a la huelga general. La próxima manifestación está anunciada para el próximo sábado 16 de octubre. Por otra parte, los liceístas se sumaron esta semana al movimiento de protesta movilizando y bloqueando 400 liceos en todo el país, dando de esta manera un enérgico empuje a las manifestaciones de hoy.

Los movimientos de protesta se acentúan por todas partes: mientras que los funcionarios del Estado se mantienen movilizados (función pública, France Télécom EDF, educación, correos (la Poste), red nacional de trenes (SNCF), los medios de comunicación (France Télévisions, Radio France, France Inter), el sector privado (los bancos) y el sector petrolero comienzan a estar afectados por la huelga (De seis refinerías de Total, cinco tienen entre 50 y 80% de huelguistas).

Las imposiciones neoliberales de Sarkozy están llevando el país galo a una crisis sin precedentes en la que el pueblo lleva todas las de perder. Pero si la reconducción de la huelga cobra fuerza y el país llega a ser paralizado, Sarkozy se verá obligado a retirar la reforma de la jubilación.