Edgar Albornoz S.
Cuando se abrieron las inscripciones para integrar el PSUV se inscribieron cerca de 7 millones de ciudadanos. ¿Eran todos realmente chavistas? ¿Eran todos revolucionarios? De seguro que no. Es probable que un alto número de ellos, digamos que un millón, se hayan inscrito por conveniencia, por aquello de que “lo que no mata engorda”, es decir, pertenecer al PSUV no los beneficia ni los perjudica, pero a la hora de la chiquiticas, pudiera ayudar estar inscrito en el PSUV, especialmente cuando se es un profesional universitario, recién graduado, y en busca de un empleo. Los noveles profesionales que aparezcan en la lista de Tascón y no estén inscritos en el PSUV, será muy difícil que entren a una oficina gubernamental o relacionada con el gobierno. No es necesario ser adivino para saber eso. El PSUV, en este aspecto, no puede ser diferente a Acción Democrática o Copei, para sólo mencionar los partidos que han gobernado en Venezuela. Recuerden que los chavistas no vinieron del espacio exterior.
Este grupo de pesuvistas podría votar por la oposición, sabiendo que el voto es secreto. Sin embargo, aunque no es fiel cien por cien, podría votar más por el chavismo que por la oposición. Pero su motivación es mínima.
Así que nos quedarían un número de 6 millones de chavistas confesos: un grupo más o menos firme, duro (convictos y confesos: 5,5 millones el 26/9), y otro grupo light (confesos solamente). Este último, también podría considerarse “de conveniencia”, pero más inclinado hacia el socialismo, que el anterior. Este es un grupo fluctuante. Si está molesto con el presidente, deja de votar, pasa a engrosar la abstención, pero no vota por la oposición.
En las elecciones del 26 de septiembre, hubo una merma de 1.500.000 electores de los inscritos en el PSUV, que perfectamente podrían estar ubicados en los dos grupos anteriores.
Si nos vamos a las elecciones presidenciales de 2006, encontraremos que el presidente Chávez logró un volumen de 7.309.080 votos. Si para el 26/9 la votación por el PSUV, en una votación considerada por muchos como plebiscitaria, se obtuvo un volumen de unos 5,5 millones, pudiéramos considerar que 1.809.080 votos se esfumaron; si asumimos que se abstuvieron, porque de no ser así, debieron irse hacia la oposición. Pero no fue así, porque en las mismas elecciones del 2006, la oposición obtuvo 4.292.466, que sumados a los 1.8 millones, debieron lograr 6.1 millones, y no los 5.3 millones que obtuvieron en las elecciones del 26/9. Si acaso se fueron hacia la oposición sería un millón, pero si descontamos el crecimiento vegetativo del electorado opositor, podría quedar reducido a unos 800.000 votos.
¿Qué nos quiere decir lo anterior? Muy sencillo, el chavismo duro, sólido, que constituye la última votación es de unos 5,5 millones de electores. ¿No les parece?, o ¿es que acaso estoy equivocado? Esta votación es un PISO. En las elecciones presidenciales, el chavismo obtuvo un porcentaje de 62,84%, y en esta ocasión, un 50%, constituyendo éste su piso, mientras que para la oposición, el mismo 50% es un TECHO, y como se puede concluir, es transitorio, porque su verdadero PISO está por el 36.9% obtenido en las presidenciales del 2006, si son optimistas.
Esa es la razón por la que la MUD no acepta el reto de convocar un revocatorio presidencial, sabiendo que no podrá ganarlo. Sería un riesgo muy grande a pesar de que cacarean que Chávez está perdido, que “está contra las cuerdas”. Si así fuera, sería ésta la mejor ocasión para convocar el referéndum presidencial.
¿De dónde va a salir el candidato de la oposición para el 2012? ¿De Acción Democrática, de Copei, del PPT, de Un Nuevo Tiempo, de dónde? Vamos a tomar como base a Acción Democrática, que obtuvo el mayor número de diputados (22) en la Asamblea elegida el 26/9, con una votación de 919.814 y el 8,36%, después de UNT y PJ. Este fósil electoral, fue un verdadero dinosaurio en el pasado: 1993 obtuvo una votación de 1.226.000, y 24.5%; en el 2000, 718.000, y 20%. Si en vez de votar contra Chávez, se hubiera votado a favor de alguien, la votación no habría pasado del 4%.
Copei, otro fósil del pasado, obtuvo unos 579.353, con el 5.27% ayudado por Enrique Mendoza y el antichavismo. De no ser así, no hubiera llegado ni al 3%. Sólo quedaría Un Nuevo Tiempo, pero ya probaron su gallo, su máximo líder, y sólo sacó un 36%, en su mejor momento. Si ahora, ayudado por el antichavismo, sólo sacó, 995.567, y un 9,05%, no tendría vida con un piso firme del presidente Chávez de un 50%, y 5,5 millones de votos. Otro factor indicativo es que en estas elecciones donde se puso en juego, el anticomunismo, y el socialismo (comunismo según Fidel y Urosa) la votación estuvo pareja, quiere decir que el fantasma anticomunista ya no asusta a nadie, y cada día asustará menos, con la campañita de VTV, “Capitalismo, la verdadera podredumbre”. Los invito a ver el canal VTV para que entiendan lo que digo. ¡Pero eso sí, no respondo si se convencen y saltan la talanquera! ¡Cuidado!.
¿Cree usted, mi querid@ amig@ que el presidente está acabado? Si así lo creyeres, es porque no quieres ver ni quieres oír. Sigue creyendo, y te llamarán creyón.
¿Quiénes perdieron el 26/9? Los grandes perdedores fueron Henry Falcón, y Tarek William Saab. Lo demás era previsible, y estaba ya descontado. ¿Quiénes ganaron? Los grandes ganadores: Hugo Chávez. El CNE, la democracia venezolana y el pueblo venezolano, que salió crecido. Y ¿la MUD? Bueno, si tener representación en la Asamblea es una victoria, entonces también ganó, pero dudo que esa victoria les traiga felicidad y alegría. Son cinco años de amargura lo que les espera. Mejor les hubiera resultado perder.
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