Algo raro y sospechoso:
Cristina Fernández, sin duda sabiendo que la cosa sería una primicia mundial («dos Presidentes se comunican por primera vez a través de Twitter), envía tres mensajes por este medio a Hugo Chávez:
1) @
chavezcandanga Hugo, no quiero dejar de contarte un excelente momento que me tocó vivir como Presidenta de los argentinos…
2) @
chavezcandanga Brindamos por Rosh Hashana. Donzis de DAIA, Epelman de CJA, Rosa Roisimblit de Abuelas, Sara Rus sobreviviente de Shoá.
3) @
chavezcandanga Hugo, me cuentan que, antes de Yon Kippur te encontrarás con la Comunidad Judía Venezolana. Cuanto me alegro. Un abrazo
Curioso, no? La primicia de los primeros Presidentes que comunican por Twitter lleva como tema el holocausto judío, las víctimas judías…
He aquí la respuesta de Chávez, en dos mensajes:
1) @
cfkargentina y mañana inauguramos la fitven. Argentina, sabes, invitada de honor. Che!!!
2) @
cfkargentina hola cristina. Muy alegre por tu mensaje. Será una buena reunión.
Me parece excelente la sutil indiferencia con que Chávez, genio de mil olfatos, responde.
Pero me temo que la Presidenta argentina ha sido instrumentalizada por la (enorme) comunidad judía argentina, la cual seguramente fue quien propuso la idea a Fernández de servirse de Twitter para interceder en su favor ante Chávez. Muy inteligente como idea, y buen ejemplo de Lobbyismo puro, en plena acción. Pero triste, por Cristina.
Lo sospechoso, no obstante, es que casualmente acaba de aparecer en la revista estadounidense The Atlantic una entrevista dada por Fidel Castro al periodista judío Jeffrey Goldberg, en la cual —sorprendentemente— el Comandante dice: «Yo no creo que nadie haya sido más injuriado que los judíos», y añade: «No hay nada que se pueda comparar con el Holocausto».
Estas afirmaciones de Fidel en dicha entrevista hacen alusión al Presidente Ahmadineyad, a quien insta en la misma a que «deje de difamar a los judíos». En ella hace un llamado general al desarme de las naciones en posesión de arsenal nuclear, y asevera que el Presidente Amadinejad tiene efectivamente intenciones de convertir a Irán en una de ellas. Así, pues, Fidel hace tabla rasa de todos los actores internacionales en el armamentismo nuclear. Pero hay un problema: decir que «nadie haya sido más injuriado que los judíos, y que no haya «nada que se pueda comparar con el Holocausto», (no el holocausto judío, sino «El Holocausto») es no sólo una falsedad histórica en la cual incomprensiblemente —para mí— incurre Fidel, sino algo que no tardará en ser instrumentalizado por el sionismo en contra de Irán. ¿Cómo ignorar que estamos frente a lo que muy probablemente sea un inminente ataque nuclear a esta nación por parte de Israel?
Para explicar lo de «falsedad histórica», necesito hacer un paréntesis. Pero muy corto, pues creo que basta con decir que el sufrimiento infligido al pueblo judío por los nazis, no es comparable, simplemente, al impuesto a los habitantes originales del continente americano por los conquistadores.
Espero que la comunidad judía, en su pronto encuentro —el referido por Cristina Fernández en su mensaje de Twitter— con Chávez, no vuelva con su habitual lloradera. Hace dos años, el Presidente de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela, Abraham Levy Benshimol, se sintió indignado ante el hecho de que una periodista venezolana escribiera en Últimas Noticias que el Holocausto judío no había sido el único en la historia. El señor Benshimol entonces envió al diario esta respuesta:
«Un solo Holocausto. El domingo 06/04/08, Últimas Noticias publicó el artículo El otro Holocausto, de Mariadela Linares, quien dice que los hebreos practicaban en la antigüedad el sacrificio de vidas humanas, algo totalmente falso producto de la más crasa desinformación, si no de la intención de desprestigiar a los judíos. Holocausto, viene del griego «holos» (total), y «causto» (quemado) que encaja perfectamente en lo que los nazis hicieron con los judíos durante la II Guerra Mundial cuando, después de asfixiarlos en las cámaras de gas, los incineraban en hornos crematorios. En cuanto a que pareciera que la humanidad no hubiese conocido otras matanzas, toda matanza merece la más categórica condena, pero la unicidad del Holocausto consiste en que fue un plan expresamente urdido y ejecutado para exterminar a todo un pueblo de manera sistemática buscando (y encontrando) métodos que permitieron eliminar la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible. Los individuos a exterminar eran clasificados por edad: niños, adultos y ancianos, los primeros y los últimos eran llevados a las cámaras de gas y los adultos sanos a campos de trabajos forzados hasta que perecían por inanición. Otros, eran sometidos a experimentos médicos perpetrados por el diabólico Dr. Mengele y otros quienes, en vivo, hurgaban los órganos de sus «pacientes», especialmente los genitales, para hacer «estudios» sobre reproducción y otras enfermedades. De la piel de los cadáveres se llegaron a fabricar chaquetas, lámparas y otros enseres, y de la grasa de los cuerpos exterminados se fabricó jabón. Antes de incinerarlos, se les extraían los dientes de oro, los cuales junto con todas l! as perte nencias arrebatadas a los judíos allanados, pasaban a formar parte del macabro patrimonio del Tercer Reich. Si la autora del referido artículo tiene noticias de algún genocidio como este, podrá hablar de «el otro Holocausto. DR. ABRAHAM LEVY BENSHIMOL / Presidente Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela»
Yo, por mi parte, me entrometí como siempre y le envié esta:
«HOLOCAUSTO PARA DUMMIES
«Lamentablemente, la exterminación judía por parte del Tercer Reich no es el único Holocausto de la historia, otros genocidios similares han tenido lugar en ella. La eliminación sistemática y premeditada de víctimas mediante el uso del fuego no es para nada nueva, por lo cual es absurdo que algunos pretendan reservar exclusivamente a la masacre judía el término Holocausto. Ésta no podría competir, ciertamente, por un primer puesto en las olympiadas de la barbarie humana. En realidad, quedaría muy lejos -en términos de víctimas asesinadas- detrás del genocidio ocurrido en el continente americano durante la colonización europea, el cual arrazó, en el lapso de apenas 50 años -y ello sin el alarde tecnológico del siglo XX- con el 90% de la población nativa. Sólo lograron escapar a esta giga-masacre menos de 10 millones de seres humanos pertenecientes a una población original de 80 millones, los cuales habitaban, antes de la llegada de Colón, toda la zona comprendida entre las islas caribeñas, Centro América y Sur América (hasta el Perú). Algunos de los métodos de exterminio de masa eran la quema de poblados enteros y el asado de familias «a la parrilla», aunque éste último procedimiento formaba más bien parte de las actividades propiamente recreativas del conquistador, junto al tiro de lanza de «20 metros», consistente en el traspaso de la mayor cantidad posible de niños atados en «fila india». También se jugaba, al parecer, a una forma rudimentaria de fútbol en la cual el balón era una cabeza de «indio». Es sin embargo cierto que para la época no existía la luz eléctrica y que los invasores no estaban interesados en hacer lámparas para alumbrar sus canchas, dedicándose a jugar de día. Tampoco disponían de gaz para asfixiar a sus futuras pelotas. Pero si había algo que no les faltaba, y en buena medida, era la imaginación. No, DR. ABRAHAM LEVY BENSHIMOL, estas no son tierras en las que puedan fácilmente darse lecciones de genocidio». (http://www.aporrea.org/medios/a56444.html)
En fin…
xavierpad@gmail.com