Francisco Ojeda
En cuanto a los resultados que se obtuvieron en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo 26 de septiembre, hay varios puntos que hay que resaltar para poder tener una visión mas clara de lo que realmente se logro como proceso revolucionario. Creo que el análisis debe comenzar en revisar el histórico comportamiento que ha tenido el pueblo venezolano en cuanto a elecciones de esta naturaleza. Si se saca una media comparativa que parta de los resultados participativos de los últimos cuatro comicios electorales para el parlamento venezolano, podremos notar que la tendencia se sitúa en un 68.54% de abstención. De esto se puede extraer varias cosas, que el electorado nacional le brinda poca importancia a la Asamblea Nacional, que el electorado nacional desconoce la importancia de la Asamblea Nacional y que, no se siente movida por una necesidad política real de participar en contiendas democráticas de este tipo. En las elecciones que celebramos el día de ayer, 26 de septiembre, se marco un hito histórico en cuanto a porcentajes de participación, a tal punto que es comparable a la participación de cualquier contienda electoral de niveles presidenciales. Con un 66% de participación el pueblo venezolano, sin distinción política, ha demostrado que ha alcanzado ciertos niveles de participación, de conciencia y se ha, positivamente, politizado. Es un logro, mas allá de posturas políticas, el hecho que un pueblo aprehenda la importancia de unos comicios para la estructura del órgano legislador, es un logro. Algunos hablan de que este hecho responde exclusivamente a la connotación que se le dio a la campaña, sobre si se jugaba o no la vida del comandante dentro de la revolución, sin embargo, hay un hecho concreto; la gente se inmiscuyo en el órgano legislativo.

Un segundo punto que hay que revisar, comprende los numero totales alcanzados en la asamblea nacional. El resultado que tenemos hasta ahora nos dice que el oficialismo en Venezuela ha alcanzado un total de 95 escaños en la Asamblea, y la oposición política, 64 puestos. Esto quiere decir ante los ojos de cualquier ciego que hay una tendencia de la voluntad popular que se inclina, en un porcentaje importante, hacia el oficialismo. Sin embargo, conociendo la cantidad de sillas rojas existentes en el parlamento actual y también, conociendo la meta que se habían propuestos los oficialistas, la oposición venezolana esta en los medios de comunicación con rostros sonrientes. Esto, no es mas que una campaña mediática de desprestigio de la voluntad popular, el decir que hubo una victoria simbólica por la oposición al no permitirle al oficialismo una mayoría calificada y recuperar algunos puestos en la Asamblea. No obstante, vale recordar algunas cosas. En la anterior contienda electoral por la Asamblea Nacional, la oposición, dándole la espalda a la democracia y a los pocos ciudadanos ciegos que los seguían, decidieron apartarse y no medirse en las urnas, tal y como lo hacen los demócratas. Esto, obviamente, dio como resultado que el gran numero de diputados fuesen de la tolda oficialista, diputados que no tuvieron participación en una contienda real. Que ese numero alcanzado hace 5 años, disminuya el día de hoy, no representa una real perdida de espacios del chavismo, simplemente, responde a una voluntad general expresada por primera vez en elecciones de esta índole. Esta disertación la hago para aclarar un punto especifico. La oposición venezolana ya juega con un discurso que dicta que los seguidores del presidente Chávez están disminuyendo y que la credibilidad para con sus candidatos está diezmando, cuando en realidad y por el contrario, ha venido respondiendo con una contundencia histórica sin variaciones. Solo basta leer las estadísticas.

Un tercer punto que hay que analizar y que tiene mucha importancia, corresponde al numero creciente de electores que otorga su voto a la oposición venezolana. No es una mentira para nadie, la mayor cantidad de votos que ha logrado el oficialismo venezolano, sumo un aproximado de 7 millones. Esa cifra descomunal no se ha vuelto a repetir y, por el contrario ha bajado la marea hasta situarse, invariablemente, entre los 5 millones 500 mil votos. La numero aproximado de votos con el que la oposición apareció en la contienda política, era de 3 millos 500 mil. Ese numero ha tenido a lo largo de 5 años un ascendente constante. Hoy día maneja un numero de votantes de 5 millones. La pregunta es, ¿cómo han logrado esto sin no poseen lideres, políticas, proyectos ni ideas claras?

Algunos dicen que tienen un trabajo orientado hacia la población de los tan polémicos Ni-Ni, algunos otros hablan de un descontento creciente hacia las políticas gubernamentales del presidente Chávez. Por el contrario, no creo que sea ni una ni la otra. La respuesta se logra precisar en dos puntos que se complementan. El primero, la cantidad de nuevos electores inscritos en el registro electoral permanente que, iniciándose en la edad del sufragio, padecen del mal de la inmadurez política y social. El segundo, que lo encontramos en el hecho de que un numero importante de electores están entre las edades comprendidas entre 18 y 30 años, edad en la que también el mal ha calado profundamente. ¿De que se trata este mal llamado mal? Es precisamente la susceptibilidad psicosocial, de la edad en la que somos blancos fáciles de la suspicacia del bombardeo mediático. A los chavistas los han mostrado como un producto feo, indecoroso, fuera de moda y chabacano, que joven deseoso de una vida social activa y aceptada se arriesgaría a ser inaceptado por pertenecer a una tolda política de tales connotaciones? No creo que muchos. ¿Y cual es la propuesta estética de la revolución? Una muy escueta. Esto deja a la juventud a merced de la dinámica del consumo, de lo superficial, de lo no meditado, es decir, de la oposición.

El día de ayer se ha logrado una victoria roja y popular pero, este comportamiento social, continuando como va, hasta cuando permitirá victorias populares? La revolución bolivariana debe profundizar en el análisis social de sus múltiples entornos, aumentando la atención política y los espacios de formación de una ideología hegemónica. Debemos apostar a una dinámica que involucre a los jóvenes mas profundamente en la cultura y por un producto estético orientado a la juventud, solo así se hará viable en el futuro la consolidación de una patria erigida sobre cimientos de verdadera libertad, igualdad y justicia.

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