AVN

El presidente saliente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, luego de entregar su cargo el próximo sábado, partirá a los Estados Unidos donde, supuestamente, asumirá «el rol de catedrático en la Universidad de Georgetown».

Así lo informó Sonia Schott, corresponsal del canal privado Globovisión en Washington, quien aplaudió este destino del saliente mandatario neogranadino señalado de genocida, al asegurar que eran «unas vacaciones para estar lejos de Colombia».

«Mucho se había especulado sobre cuál iba ser el destino del ex presidente Uribe al abandonar su cargo. Ahora con esta información queda claro que el mejor sitio para estar es aquí (Washington). Era una buena decisión que se tomase unas vacaciones de Bogotá para estar lejos de Colombia y desde aquí analizar muy de cerca la realidad de su país», afirmó, en su reporte, Sonia Schott.

Cabe destacar que, contradictoriamente, un gran número de colombianos están exigiendo a las autoridades del vecino país se abra una investigación penal en contra del saliente mandatario por su presunta vinculación con las fosas comunes en donde fueron hallados más de dos mil cadáveres de campesinos que, supuestamente, fueron asesinados por el Ejército neogranadino y presentados como guerrilleros caídos en combate.

Llama la atención que el gobierno estadounidense, que se ha autoproclamado defensor mundial de los Derechos Humanos, no se haya pronunciado frente a las acusaciones contra Uribe y por el contrario le brinda resguardo, posiblemente, para que logre evadir los procedimientos penales que puedan iniciarse, luego de que entregue el cargo.

Cabe destacar que, ésta no sería la primera vez que el gobierno norteamericano refugia a terroristas y a personas sindicadas de violar los Derechos Humanos. Un ejemplo es Luis Posada Carriles, quien es requerido por la justicia internacional por su participación en la voladura de un avión de Cubana de Aviación.

Venezuela tiene cinco años pidiéndole a EEUU la extradición de este terrorista, petición que ha sido ignorada por autoridades norteamericanas, presuntamente, debido a los secretos de Estado que éste conoce sobre el imperio.