http://productions.caffix.org.mx/wp-content/uploads/2008/10/Nikola-Tesla.jpgMatrizur-Rafapal



En el primero, aparecen todos los informes y documentos que tratan de verificar si esos documentos se los llevó el FBI o la “oficina de propiedades de extranjeros” con especial mención para el embajador yugoslavo en Washington, supuesto familiar de Tesla, Sasha Kosanovich, que tiene todas las papeletas para haber sido el que los robó pues se presentó al día de su muerte en su apartamento a pesar de que Tesla no le tragaba.
Lo más importante? En la página 72 se detalla el famoso “rayo Tesla” que es, ni más ni menos, que el preludio del proyecto HAARP y, sobre todo, se informa que Tesla había creado una radio para comunicarse con otras civilizaciones humanas ajenas a la Tierra. (Estamos hablando de 1943). Acto seguido, se describe cómo los colaboradores de Tesla han desarrollado, a partir de su conocimiento, lo que hoy llamaríamos “platillos volantes”.

 

FBI Files on Nikola Tesla 01

El segundo documento es, sin duda, más importante que el primero. Nos enteramos de que la Oficina de Propiedades de extranjeros, subsidiaria del Ministerio de justicia, es quien se hizo con los documentos, aunque vuelve a aparecer el famoso Sasha Koshanovic.
Resumiendo mucho muchísimo, nos enteramos de que Tesla estuvo a punto de venderle el rayo de la muerte a los británicos y que los rusos bien podrían haberse quedado con su famoso archivo a través de la conexión yugoslava del citado Sasha con el mariscal Tito.
Lo realmente importante empieza en la página 44, donde se describen los artículos no publicados de Tesla o lo que es lo mismo, sus inventos no realizados. Allí nos encontramos con la transmisión inalámbrica de electricidad, que él llamaba “telegeodinámica” (¡EN 1943, HERMANITOS, EN 1943!), junto a su teoría de la gravedad (no terminada y relacionada con los platillos volantes, evidentemente), producción de rayos de radiaciones y proyección de partículas de alto voltaje a distancia con fines militares, parece, una ponencia titulada “la energía del futuro” en la que habla del agua, las tormentas, el viento o las mareas; sus nuevos conceptos de “aviones”, y sus dispositivos para transmitir voz y televisión a distancia. Sobre lo primero, en un libro que me trajo mi amiga Lola del Museo Tesla en Belgrado, el genio balcánico ya puso las bases de la telefonía móvil allá por los años 30. ¿Cuándo nos llegó? A finales del siglo XX.
¿Alguien se atreve a seguir afirmando que no nos ocultan tecnología? ¡QUÉ COÑO ES ESO DEL I+D: UNA ESTAFA!!!!!!!!!!!!!!
Pasen y vean. A partir de ahora, cuando os encontréis con un defensor de la ciencia oficial, le podéis colocar todas las “banderillas” que os dé la gana.
PD: Después de los inventos suprimidos, ponen los nombres de todos los colaboradores de Tesla, señal de lo que les importaba quién pudiera tener información directa.
FBI Files on Nikola Tesla 02