«Tenemos la responsabilidad de difundir esta información al mundo y al pueblo afgano», afirmó Assange, en un seminario celebrado en Estocolmo, después de que el pasado jueves anunciara en Londres su propósito de difundir de ese material.
Para el fundador de Wikileaks, los «suecos deberían estar orgullosos de que su país haga posible la libertad de expresión», enfatizó, en referencia al servidor sueco en el que está alojado para seguir difundiendo sus contenidos.
Wikileaks piensa solicitar la próxima semana el permiso de publicación para quedar bajo la cobertura de la ley sueca de libertad de difusión.
«Nos preocupa que la publicación de los documentos adicionales que tienen pueda causar riesgos aún mayores que los que se publicaron anteriormente», dijo el coronel David Lapan, portavoz del Pentágono, quien dijo tener la «esperanza» de que el portal no publique los documentos y «ponga más vidas en riesgo».
El Pentágono ha abierto una investigación, en la que participa también la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), para identificar a la persona que filtró los documentos a Assange, mientras está buscando formas de proteger mejor la información.
Bajo el título «Diario de la Guerra Afgana», el pasado 25 de julio Wikileaks publicó unos 70.000 documentos que abarcan desde enero de 2004 hasta 2010, en los que se revelan desde muertes de civiles no divulgadas hasta la posible colaboración de los servicios secretos de Pakistán con los talibanes.