Todo acto de traición, es sinónimo de miseria. Pero como en todo, hay circunstancias que empeoran lo peor; ese es el caso de los que fungen de oposición en Venezuela. De tal forma, observamos como unos individuos entregan hasta su capacidad de raciocinio, para convertirse en simples repetidores robóticos de las consignas y frases elaboradas en otros escenarios.
Desde hace tiempo un amplio sector de la oposición está recibiendo dinero maldito y ensangrentado procedente de de las arcas del imperio más sanguinario y monstruoso de la historia humana. Entonces me pregunto ¿por que se permite que unas alimañas de esa índole sean aspirantes a posiciones de representación popular en nuestro país, para defender intereses ajenos a la nación venezolana? Eso es acto de traición. Es decir: no solo es traición vil y maldita el recibir dinero inorgánico de una nación enemiga, si no también dejarles que participen en el juego democrático de la nación de la más libérrima del mundo. No señores. No temamos a la propaganda enemiga. Esta gentuza no puede ni debe ser parte de la población que disfrute de las providencias del país, por que ellos conspiran contra el país. No por que hacen oposición, por que ese es un derecho inalienable de cualquier ciudadano. Si no, por que están poniendo en riesgo la vida de millones de venezolanos y extranjeros residentes en nuestro país. Y eso se llama alta traición, trabajar para una potencia extranjera, de apoyar sus acciones criminales contra la patria y propulsar la ocupación del sagrado territorio nacional por las botas degeneradas y ensangrentadas de unos sátrapas que viven en el mundo como alimañas depredadoras.
No podemos los Venezolanos honestos y los extranjeros que viven en nuestro terruño amado, permitir que esas piltrafas de primero justicia, de súmate, de Acción democrática, de copey y de UNT, y de otras mamparas disfrazadas de ONG’S y partiduchos como Bandera Roja, Causa R etc., engañen al pueblo con propagandas y promesas sostenidas y pagadas con dinero de la muerte yanqui sionista.
Dice un refrán popular: “al enemigo ni agua” esa conseja se debe aplicar al pie de la letra en Venezuela en este momento. Después que digan lo que quieran sus viudas esperpénticas. No debemos esperar las ultimas actuaciones y sus correspondientes consecuencias, de estos traidores; para neutralizarlos y hacerles sentir el látigo del castigo a la cobarde traición que ejecutan diariamente y a sus anchas ¡hasta cuando esa vaina!
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