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También perecieron allí, en lo que la causa sindica como un baño de sangre, Clarisa Rosa Lea Place, Ana María Villarreal de Santucho, Carlos Heriberto Astudillo, Alfredo Elías Kohon, María Angélica Sabelli, Mariano Pujadas y Susana Lesgart.
En tanto, quedaron con vida Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo René Haidar, quienes resultaron gravemente heridos y con los años fueron reportados como desaparecidos durante la dictadura militar.
La investigación de la Masacre de Trelew se mantuvo paralizada durante más de 35 años en la justicia federal bajo argumentos jurisdiccionales, hasta que asumió el juez federal Hugo Sastre quien dictó el pedido de captura de los responsables que se materializó en febrero del 2008 con las primeras detenciones.
En la elevación, la justicia le imputa a los procesados el delito de «Homicidio doblemente agravado por alevosía y por ser ejecutado con el concurso premeditado de dos o mas personas (16 hechos) y homicidio doblemente agravado por alevosía en el grado de tentativa (3 hechos) todos en concurso real».
En el lugar del fusilamiento, la instrucción determinó la participación de seis cuadros de la Armada: Luis Emilio Sosa, teniente Roberto Bravo, Capitán Emilio Del Real, Capitán Herrera (fallecido), Carlos Amadeo Marandino y el cabo Marchand (fallecido).
De los mencionados ninguno cumple prisión efectiva, y se espera la pronta extradición de Bravo, que fue localizado en Estados Unidos, detenido para su identificación y luego excarcelado mientras se sustancia el largo proceso de repatriación.
Esta semana se aguardaba la audiencia de extradición de Bravo, que estaba agendada para el martes en un tribunal de Miami, pero se postergó para el 31 de agosto por problemas de salud del abogado defensor del ex marino, quien se mantiene en libertad bajo pago de una cuantiosa fianza.