Y mientras Diego sin respuestas se agarraba la cabeza, las sonrisas de sus eternos enemigos crecian junto a la ola de cuestionamientos.
Por eso, en medio de las criticas, igual que Dolina, yo tambien defiendo al Diego.
Y si, yo defiendo al Diego, a pesar de sus exabruptos, de sus errores, de sus excesos, lo voy a defender porque como
dice el siempre puntual Dolina, los defiendo de aquellos burgueses racistas que lo odian. Porque el Diego del barrio
los desprecia en publico, los humilla con su magica gambeta, con su interminable rebeldia, con su amor por lo justo, pero sobre todo por el amor popular que recibe a lo largo y ancho de nuestra Latinoamerica.
Y ellos, los burgueses, lo saben, saben que el instinto popular no se equivoca, saben que aunque inventen mentiras, magnifiquen errores, e intenten pegar las mas terribles y traicioneras patadas, el Diego podra gritar, tropezar, caer, pero solo para volver a levantarse, humano, dolido, sufriente, pero siempre vivo, vivo, vivo.
Algo que los burgueses nunca podran entender, desde sus vidas sin gambeta, sin romance, sin cultura
de pueblo, sin gusto.
Por eso estan destinados a morirse de aburridos, a vivir sin sangre, sin pasion, sin nada. Dolina, representa ese instinto popular, y lo proclama, mancillando honores burgueses, formalidades blancas, poderes malditos, Dolina habla, vale la pena oirlo.
un saludo.
Enzo Moreno.