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El ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, instó al Gobierno de Israel a aceptar las conclusiones de una investigación «internacional e imparcial» sobre el ataque militar contra la Flotilla de la Libertad si quiere mantener las relaciones bilaterales.
«O piden perdón o aceptan una investigación internacional e imparcial y sus conclusiones. De otro modo, cortaremos nuestras relaciones diplomáticas», afirmó el ministro turco.
Añadió que «si piden perdón como resultado de su propia investigación (la única que Israel ha aceptado llevar a cabo), eso también nos vale».
«No tenemos ninguna intención de pedir disculpas, Consideramos en cambio lo contrario», dijo Lieberman.
Por su parte, en los últimos días, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había dicho que no sería escuchado el reclamo que Turquía para que su nación diera disculpas por los hechos del 31 de mayo.
«Israel no puede disculparse de que sus soldados se hayan defendido para escapar de un intento de linchamiento», dijo Netanyahu en una entrevista que transmitió el viernes pasado una cadena de televisión israelí.
A raíz del ataque israelí contra la Flotilla de la Libertad, Turquía ha llevado al mínimo las relaciones bilaterales con Israel. El Gobierno de Ankara ha cancelado las maniobras militares conjuntas y cerrado su espacio aéreo a los vuelos militares del Ejército israelí.
«El espacio aéreo de Turquía está completamente cerrado a los aviones militares de Israel. No se trata de una prohibición que hagamos caso por caso, sino de una prohibición total», afirmó Davutoglu.
Asimismo, explicó que esta decisión se tomó tras el ataque a la flotilla, que trataba de transportar ayuda humanitaria a Gaza.
El ministro turco también aseguró que «si (Israel) no da los pasos adecuados, el proceso de aislamiento continuará» por lo que podrían cerrar el espacio aéreo turco a los vuelos civiles israelíes.
Según Israel el ataque contra la Flotilla de la Libertad fue en «defensa propia», pese a que las embarcaciones trasladaban a activistas humanitarios, entre ellos dos premios Nobel de la Paz, además de que se encontraban en aguas internacionales, fuera del territorio israelí.
La flota llevaba cerca de 10 mil toneladas de ayuda humanitaria entre medicinas, alimentos, ropa, casas prefabricadas, áreas de juegos para los niños, suministros escolares, entre otros enseres básicos que tenían como destino los 1,5 millones de palestinos que viven en condiciones de miseria por el bloqueo terrestre y marítimo impuesto por Israel.
Asimismo, transportaba materiales de construcción como hierro y cemento para levantar las ruinas de Gaza, producto de la operación militar Plomo Fundido que dejó a más de mil 400 palestinos muertos y cinco mil heridos entre los años 2008 y 2009.