Agencias/IAR

La filtración sin precedentes de informes militares secretos de EEUU sobre la guerra en Afganistán podría tener graves consecuencias para las tropas estadounidenses y sus aliados, y podría costar vidas, dijo el jueves el Secretario de Defensa, Robert Gates. El FBI investigará el caso.

El jefe del Pentágono pidió al Buró Federal de Investigaciones (FBI) que participe en la investigación sobre la filtración de los más de 90.000 documentos militares confidenciales.

Estos archivos, que fueron difundidos por el sitio web Wikileaks y se publicaron el domingo, aportan detalles sobre el día a día de la guerra en Afganistán.

Gates afirmó que esta publicación podría suponer un peligro para las tropas estadounidenses destacadas en el país asiático y aseguró que una «investigación a fondo» determinaría cómo se produjo la filtración.

En respuesta a la publicación de documentos esta semana por la organización WikiLeaks, Gates dijo que había pedido al FBI que ayudara en la investigación criminal y había restringido el acceso sobre el terreno a informaciones sensibles, a fin de reducir el riesgo de otra filtración de informes militares internos.

 

«Las consecuencias en el campo de batalla de estos documentos es potencialmente grave y peligrosa para nuestras tropas, nuestros aliados, y socios afganos y podrían dañar nuestras relaciones y reputación en esa parte clave del mundo», declaró Gates, ex agente de la CIA.

Gates destacó que su mayor preocupación era que los afganos y otros aliados no confiaran más en EEUU para mantener sus secretos a salvo.

«Es impresionante cuánto importa la confianza», dijo Gates en una rueda de prensa. «Tenemos una labor de reparación considerable por hacer», agregó.

Los documentos militares secretos publicados por Wikileaks el domingo incluían las identidades de algunos afganos que entregaron información a las fuerzas estadounidenses.

Mike Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército estadounidense, dijo que los filtradores «podrían tener ya en sus manos la sangre de algún joven soldado o la de una familia afgana».

El alto funcionario estadounidense señaló además que los contenidos filtrados podrían revelar métodos y fuentes empleados por la inteligencia estadounidense.

Gates agregó que el miércoles se puso en contacto con el director del FBI, Robert Muller, y le «pidió ayuda en esta investigación».

«Es importante que dispongamos de todos los recursos que necesitemos para investigar y evaluar esta violación de la seguridad nacional», apuntó.

El sitio web Wikileaks, que colgó los documentos en internet, apuntó que esos materiales habían sido recopilados por varias unidades del ejército estadounidense entre 2004 y 2009.

Por otro lado, Wikileaks afirmó que intentaron por todos los medios que la filtración no «pusiera en peligro a inocentes», y señalaron que dejaron de publicar cerca de 15.000 documentos por este motivo.

El presidente afgano, Hamid Karzai, aseguró -en su primera reacción pública sobre este tema- que las recientes filtraciones muestran que «el enemigo real no está en Afganistán, sino en santuarios en Pakistán».